Siguiente pregunta
Ha hecho bien Feijoó en zanjar la cuestión de los coches. "Ya es hora de acabar con este asunto", dijo el próximo presidente de la Xunta gallega.
Si hubiera dicho lo mismo cuando empezaron a hablar de los coches de su oponente, al ex presidente de la Xunta no le hubiera resultado tan sudoroso cierto tramo de la campaña que sufrió.
Pero ya se saben cómo son los lances electorales, y sobre todo cómo fueron en ciertos periodos de la vida de España. Este, en concreto, pareció a veces sacado del bienio negro; pero se acabó. Feijoó mandó parar... después de la campaña, que era cuando, para él, tocaba. Ahora ya nadie se acordará de los coches de Touriño, primero que nada porque eran los coches que usan estos altos cargos.
En el Reino Unido, los líderes políticos van en metro a su trabajo en el Parlamento; no siempre lo hacen, pero cuando utilizan ese medio de transporte nadie se asusta. En España se instaló la costumbre del coche oficial antes de que los dibujara Forges, y el coche oficial es tan nutritivo como la tarjeta de crédito. Ahora resulta raro que se haya convertido en un momento determinado en un arma con la que se trató de vencer a Touriño. Enric Juliana contaba en La Vanguardia un día antes de las elecciones gallegas (y vascas) que escuchó en algún sitio hace cinco años que le iban a dar un toque a Quintana (el nacionalista que perdió con Touriño). La gente es paciente, porque espera un quinquenio (como en la Unión Soviética) para recoger la cosecha de su desdén.
Ahora bien, Touriño cometió un error, muy frecuente en la democracia española, y no tan frecuente en las democracias que hay por ahí. Cuando le sacaron el asunto de los coches (y de los muebles, que aquí hubo de todo, como en el bienio negro), optó por la ironía olvidadiza, y cada vez que alguien le preguntaba por el asunto respondía:
-Siguiente pregunta.
Nixon amenazó a una empresaria de prensa, Katharine Graham, con cercenarle parte de su anatomía si su periódico, The Washington Post, seguía publicando informaciones indeseables sobre actos indeseables de su partido y de su Gobierno. The Washington Post persistió, ganó la batalla, y además la señora Graham terminó el avatar con su físico intacto.
Ésa es una reacción extrema. Lo normal es responder. Si Touriño no hubiera dicho "siguiente pregunta", seguramente sus electores sabrían por qué ahora Feijoó dice que ya está bien de coches.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.