Caricatura blanca en el Palau

Mumbrú fue el primero que perdió los papeles, Felipe Reyes siguió sus pasos y Raúl López, lesionado, dijo hasta aquí hemos llegado. Kennedy Winston, el recién llegado al equipo y que compareció en el quinteto titular, no entendía nada. Tampoco los más viejos del lugar. Nadie se esperaba un Madrid tan desquiciado, con unas respuestas tan destempladas, tan fuera de lugar ante el poderío del Barça, la carga emocional del Palau y los avatares arbitrales, factores, todos ellos, que tampoco eran para tanto. Pero pocas veces se ha visto un Madrid tan entregado, un clásico tan desequilibrado.

Las sensaciones que desprende el Madrid son funestas. Venía de perder en la Copa, también un partido de Liga en Bilbao y dio la peor posible de las sensaciones en la guarida de su eterno rival. La situación del equipo y, en consecuencia la de su entrenador, Joan Plaza, empieza a ser crítica.

El Palau es un escenario exigente y el Barça sabe dominar el tiritón escénico que provoca en algunos de sus rivales. El Madrid dio la sensación de llegar desafinado y hasta apático a la cita, como si el hecho de estar ya clasificado para los cuartos de final de la Euroliga le eximiera de luchar por asegurarse el primer puesto, algo por lo que sí se empleó a fondo el Barça que tenía que ganar para clasificarse y que todavía debe vencer en Tel Aviv para obtener ese primer puesto de grupo que probablemente evitará el cruce en cuartos de final con el Tau.

El primer síntoma extraño es que Joan Plaza prescindió de Felipe Reyes y Mumbrú en el quinteto inicial para dar entrada al recién llegado Winston y a Van den Spiegel. No funcionó el plan y, cuando rectificó, el Barça ya tenía el ritmo de partido por la mano.

El Madrid estuvo a punto de perder los papeles muy pronto. En el primer cuarto le condenaron las faltas que le señalaron en sus intentos por detener la ofensiva del Barça, especialmente el incesante quehacer de Navarro y la superioridad de Vázquez cuando recibe dentro de la zona. En el segundo cuarto, sufrió porque las vio cuadradas en el lanzamiento y sobrevivió a base de algún que otro tiro libre pero sin encontrar una solución de continuidad.

El Barça acabó de dar el estirón en el primer cuarto cuando Mumbrú perdió los papeles en un rebote con Vázquez y fue castigado con una falta personal y otra antideportiva. Vázquez sólo aprovechó dos de los cuatro tiros libres, pero el Barcelona, de nuevo con posesión del balón, amplió su ventaja hasta los 11 puntos (30-19).

En el segundo cuarto fue Felipe Reyes quien se puso a vociferar tras la segunda falta que le señalaron y Plaza, para prevenir, le envió al banco. Lo notó de nuevo el Madrid que, pese a dominar en el rebote, no conseguía meter presión al Barça (45-33). Para colmo de males, Raúl López se sentó absolutamente destrozado en el banco, dando la sensación de estar jugando sin encontrarse en una aceptable condición física. El Madrid con un raquítico 31% de acierto en los tiros de dos, Felipe Reyes desactivado, Raúl lesionado y casi todo el equipo pasmado, salvo algunas cosas de Bullock y Tomas, no encontró una mínima solución a sus males y lo peor es que, por momentos, dio la sensación de que ni siquiera la buscó. Sólo al final logró maquillar el resultado, después de entregar la cuchara (70-49 y 84-59), con muchísimos minutos por delante tras haber sido una caricatura.

Clasificación Grupo F: 1. Barcelona (4 victorias y 1 derrota). 2. Real Madrid (4 y 1). 3. Maccabi (1 y 3), 4. Alba Berlin (0 y 4). Grupo E: Prokom, 72; Tau, 92. Clasificación: 1. Tau (4 victorias y 1 derrota). 2. Olympiacos (3 y 1), 3. Milan (2 y 2), 4. Prokom (0 y 5). Grupo G: Unicaja, 99; Lottomatica, 64. Clasificación: 1. Panathinaikos (4 victorias y 0 derrotas). 2. Partizan (3 y 1). 3. Unicaja (2 y 2). 4. Lottomatica (0 y 5). Unicaja ya no puede clasificarse. Ya clasificados para cuartos, en la última jornada el Madrid, que recibe al Alba, y el Barça, que va a Tel Aviv, se jugarán la primera plaza.

Euroliga: Barcelona 90, Real Madrid 79