Arte con imágenes en movimiento
El Guggenheim muestra la capacidad de expresión del vídeo por medio de siete instalaciones - Las obras han sido compradas en los últimos cinco años
La fotografía y el vídeo entraron tarde en las colecciones Guggenheim. Hasta los años noventa la política de adquisiciones no prestaba atención a fotógrafos y videocreadores, pero la tendencia cambió entonces de forma radical. En las últimas dos décadas las obras de arte que emplean los medios de la fotografía o el vídeo han ido cobrando un protagonismo creciente. El Museo Guggenheim Bilbao inauguró ayer una presentación de las videoinstalaciones que se han incorporado a los fondos de su casa madre de Nueva York en los últimos cinco años, un reflejo significativo de los territorios por los que crece la colección. Instalaciones II: vídeo en las colecciones Guggenheim muestra siete obras, creadas por artistas que han utilizado de muy diferentes maneras las posibilidades expresivas de las imágenes en movimiento: desde la vocación documental a falsos video-clips musicales, o desde la adopción de fórmulas cercanas al cine a la grabación de performances. Son, según explicó el comisario de la exposición, Nat Trotman, conservador del Guggenheim de Nueva York, obras que pretenden mostrar "las múltiples posibilidades que ofrece el vídeo para la práctica contemporánea del arte".
Cada pieza se exhibe en un entorno diferenciado del museo bilbaíno
Y para ello ha creado en las dos salas que ocupa la muestra un entorno diferenciado para cada videoinstalación, en salas cerradas donde las proyecciones son la única fuente de luz, con cómodos sofás en los que sentarse a ver los vídeos o construyendo una estructura que envuelve a la pantalla. "Los artistas transforman con sus instalaciones el modo de experimentar un museo", señala Trotman. El vídeo es el instrumento que utilizan. Douglas Gordon y Philippe Parreno son los autores de Zidane, un retrato del siglo XXI (2006), una obra de 90 mínutos de duración que sigue los movimiento de Zinedine Zidane con 17 cámaras durante un partido de fútbol, búscando entrar en la experiencia del jugador al comparar las imágenes en dos pantallas de gran formato.
Slater Bradley se ha acercado con Trilogía Doppelgänger, (2001-2004) a tres figuras de la música que han sufrido un trágico final. Tres proyecciones ofrecen imágenes de Ian Curtis, el cantante de Joy Division; Kurt Cobain, el líder de Nirvana, (ambos se suicidaron) y Michael Jackson (arruinado por los escándalos). Las supuestas actuaciones han sido protagonizadas por su doppelgänger, el término alemán que se refiere al doble fantasmagórico de una persona vida.
El vídeo Utopía de quién de la china Cao Fei tiene, en cambio, una vocación documental para reflejar la vida de la nueva China a través de los trabajadores de una fábrica de bombillas.
Ryan Trecartin protagoniza junto a un grupo de amigos y familiares Yo-ser área (2007) un caótico largometraje con referencias a las comedias adolescentes y al cine de prestigio.
Mika Rottemberg convierte al cuerpo femenino en el centro de Masa (2006), un vídeo que muestra a una serie de mujeres que trabajan en penosas circunstancias con una materia pringosa. Isaac Julien se inspiró en un poema del Nobel Derek Walcott para realizar su vídeo Paraiso Omeros (2002), una poética reflexión sobre la inmigración, la raza y la memoria.
La instalación Conexión (1995-2006), de Mariko Mori, atrapa al espectador en un espacio circular rodeado por una pantalla sobre la que se proyectan simultáneamente vídeos que muestran a la artista acostada dentro de una cápsula transparente en escenarios urbanos, como Picadilly Circus, en Londres; La Défense, en París, o las pirámides de Egipto.
Más información sobre la exposición en la página web del Museo Guggenheim Bilbao
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