La prensa rosa cerca a Ségolène Royal
La socialista amenaza con querellas a quien hable de su vida privada
Aunque ella no lo quiera, la ex candidata socialista a la presidencia de Francia Ségolène Royal se ha convertido en un personaje de las revistas. El carisma que desprende como política no es menor al que tiene como mujer. Pero a ella no le gusta ese doble papel. Y se siente cercada.
Todo empezó cuando, una vez celebradas las pasadas elecciones francesas, Ségolène Royal confesaba que la suya era una pareja rota desde hacía tiempo y que lo único que le unía con François Hollande, secretario general de los socialistas franceses, era un proyecto político. Cuando se acabó el proyecto se terminó el matrimonio.
A sus 56 años, Royal es una mujer atractiva, y desde que volvió a la soltería no paran de buscarle pareja. La última: André Hadjez, nacido en Casablanca en 1950, que se dedica a la gestión de bienes inmobiliarios y a la edición de juegos de mesa.
La revista Paris Match les ha pillado paseando por Marbella, adonde fueron para pasar el fin de semana de San Valentín.
El semanario francés afirma que Royal y Hadjez pasaron unos días en la localidad del sur de España, un paréntesis antes de que la socialista se ocupara de la crisis financiera y la huelga general en la isla francesa de Guadalupe.
La publicación define a Hadjez como el "nuevo amigo" de Ségolène Royal. En páginas interiores, una de las fotografías de la pareja con las manos entrelazadas, que intenta esconderse detrás de enormes gafas de sol, está ampliada.
El letrado y amigo de la ex candidata Jean-Pierre Mignard ha expresado el gran malestar de Ségolène Royal y ha anunciado que estudia llevar a los tribunales a la publicación, que entiende intenta "degradar la imagen de dirigente política de Royal" presentándola en la esfera de la información del corazón de manera "hipócrita e insidiosa".
No es la primera vez que Royal la emprende con la prensa. Uno de sus pleitos más famosos fue precisamente con esta misma revista cuando publicó una imagen suya en bañador. El único respiro que tuvo fue cuando su rival político, Nicolas Sarkozy, le arrebató portadas por su romance con Carla Bruni. La diferencia es que a Sarkozy le encanta airear su vida privada.
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