_
_
_
_
Cosa de dos
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Clientela

Enric González

Permitan que siga dándoles el peñazo con Joseph Schumpeter: prometo que es la última vez esta semana. El economista austro-checo pensaba que en los sistemas democráticos la gente, o los votantes, o el pueblo, elijan la palabra que prefieran, pintaba bastante poco. Es decir, pensaba que lo del gobierno "del pueblo, por el pueblo y para el pueblo" era una farsa. Qué cínico, dirán ustedes. Bien, vayamos por partes. Según Schumpeter, la política funciona como cualquier otro mercado: los líderes compiten entre sí y finalmente se impone uno de ellos. Existen los programas electorales, eso es evidente. Dejemos de lado su grado de cumplimiento: si ustedes quieren discutir sobre el pleno empleo de Zapatero o el crecimiento sostenido de Rajoy y su niña, háganlo en privado, por favor. El programa es sólo un instrumento para alcanzar el poder, y donde no llega el programa, llega el pacto poselectoral. Si se quiere gobernar, hay que estar a punto para cambiar parte del programa propio por parte del programa ajeno, en especial si el ajeno corresponde a los nacionalistas catalanes y vascos.

Decía Schumpeter que la política funcionaba mejor así porque el pueblo es sentimentaloide, carece de información y se deja manipular por cualquiera. ¿No lo creen? Pues recuerden lo que a mediados de los noventa opinaban el PP y el PSOE sobre Baltasar Garzón, que por entonces se dedicaba a engordar el sumario de los GAL, y comprueben lo que dicen hoy sobre Garzón el PP y el PSOE. En efecto, todo es relativo menos el poder.

¿Las elecciones? En la versión schumpeteriana, son sólo un sistema higiénico para desprenderse del político demasiado corrupto o demasiado incompetente. A veces es casi reconfortante mirar a los partidos como empresas en un mercado, porque, aunque sea con chanchullos y falsas promesas, se esfuerzan por contentar a la clientela. Hay empresas que a veces olvidan tomarse esa molestia. Cuatro, la empresa televisiva de PRISA (editora de EL PAÍS), va a emitir en abierto la excelente serie Mad men. Y, según su página digital, lo hará a la una de la madrugada. Ni siquiera el PP o el PSOE se atreverían a pasarse tanto con el consumidor.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_