"Mi Liverpool no planificaba nada, sólo había que ir siempre al ataque"
En Inglaterra dicen que Alan Kennedy (Sunderland, 1954) poseía un knack. Coloquialmente, un don. Una facultad misteriosa que se revelaba en momentos culminantes. Al verle aparecer con su rostro asimétrico, la piel curtida, trazada por pliegues profundos, el pelo ralo y el cuerpo flaco, ligeramente encorvado, se hace difícil pensar en el héroe que ganó dos Copas de Europa y cinco Ligas. Sigue siendo un hombre común. El hombre que nadie esperaba en el área de Agustín el 27 de mayo de 1981, en la final de París.
Pregunta. Boskov, el técnico del Madrid, se ocupó de organizar muy bien los marcajes al hombre. A todos, salvo a usted. ¿Se aprovechó de ser el menos famoso de sus compañeros?
"Me sorprendí controlando el balón y me desconcertó marcar el gol"
Respuesta. El partido fue malo, muy tenso. Me rompí la muñeca en la semifinal contra el Bayern y dijeron que no jugaría en seis semanas. Me vi de vacaciones. Afortunadamente, una semana antes me dieron el alta. Paisley
decidió el equipo una hora antes.
P. ¿Cree que el Madrid estuvo más atento al Liverpool que a su propio juego?
R. Paisley nos lo dijo antes del partido: "Esta final se decidirá por un gol". Camacho fue a por Souness y en un choque le lesionó. Sammy Lee, Ray Kennedy y McDermott lo dieron todo, pero no pudimos crear juego. No hicimos el fútbol que querían nuestros hinchas. No nos sentimos cómodos. Principalmente, porque Dalglish no estuvo al ciento por ciento. Me dio la impresión de que nunca podríamos meter un gol. Creo que en el Parque de los Príncipes habían jugado un partido del Cinco Naciones dos semanas antes. El campo estaba muy mal.
P. ¿Cuál fue el principal problema que les creó el Madrid?
R. Perdíamos el balón muy fácilmente. Pero, al final, los jugadores madridistas estaban cansados y se quedaron dormidos en la jugada del gol. A partir de ahí, estuvimos convencidos de que el partido acabaría 1-0.
P. ¿Cuántas veces tiraron entre los tres palos?
R. Creo que tuvimos tres o cuatro tiros en todo el partido. Yo siempre disfruto de las ocasiones desde cualquier distancia. Pero cuanto mayor es la distancia mejor me siento. No sé por qué, pero no me sentía confortable rematando desde cinco metros tanto como desde 20. Antes había marcado en la final de la Copa contra el West Ham desde fuera del área.
P. Usted logró el gol a la salida de un saque de banda. ¿Fue una jugada ensayada?
R. Algo que caracterizaba a ese Liverpool por encima de todo era que nunca planeábamos nada. Íbamos a salto de mata. A los laterales el entrenador sólo nos dijo que teníamos que tratar de ir arriba y dar apoyo a los jugadores que estaban enfrente. Yo no esperé a que Ray Kennedy me lanzara el balón porque yo estaba haciendo una carrera para abrir espacios. Hice un aclarado, de forma que otros jugadores aprovecharan el espacio a mi espalda. Pasé por delante de uno, de Juanito; luego creo que dejé a Stielike a mi izquierda y entonces el central, García Cortés, me hizo una entrada salvaje y trató de sacarme a mí y al balón fuera del partido. Era una posición difícil para mí porque estaba sin ángulo respecto a la portería. Recuerdo que Agustín pensó que yo centraría el balón para Johnson o Dalglish. Se movió hacia su izquierda y yo golpeé el balón derecho hacia el poste más cercano hasta el fondo de la red. Y corrí. Corrí hacia los hinchas. Honradamente, no sabía cómo celebrarlo. Estaba desconcertado. "¿Qué haces?", me dije. Por un instante, pensé: "¿Escuché el pito del árbitro? ¿Me lo han anulado? ¿He marcado el gol? ¿Ha sido permitido? ¿Quién vendrá a unirse conmigo? ¿Vendrá alguien a contármelo?". Entonces aparecieron Johnson y McDermott. Nunca esperé estar en situación de meter un gol. Mi principal función fue defender. Asegurarme de que Cunningham no metiera sus centros. Fue tan inesperado meter un gol en una final de la Copa de Europa... No recuerdo quién me estaba marcando. Sólo corrí. No esperé el balón. Y me quedé tan sorprendido de que me llegara y que pudiera controlarlo y arreglármelas para marcar...
P. ¿Qué clase de hombre era Paisley?
R. Un hombre muy callado. Dejaba que los jugadores hicieran la charla. Él se ocupaba de fichar y construir la plantilla.
P. ¿El Liverpool de Benítez es más defensivo?
R. Sí. Hay que tener en cuenta que Phil Neal, el lateral derecho, en su carrera en el Liverpool, marcó 68 goles en 12 años. Yo marqué 21. Queríamos ir arriba todo el tiempo. Paisley te animaba a ir arriba. Rafa es más cauto. No permite a los defensas incorporarse con la misma regularidad.
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