El Barcelona no se arruga
Los jugadores transmiten tranquilidad tras perder con el Espanyol
El Barcelona, líder de la clasificación, lleva 39 partidos oficiales esta temporada y ha perdido cuatro: dos en Liga -el primero en Soria (1-0) y el último el sábado en el Camp Nou, contra el Espanyol (1-2)- y otros dos en Europa -la vuelta de la previa, en Cracovia, y el último de la fase grupo, con todo decidido, en el Camp Nou ante el Shaktar Donetsk (2-3)-.
El Barcelona, que parecía invencible, se ha vuelto mortal de golpe regresando a los orígenes del curso liguero (derrota ante el Numancia y empate en casa ante el Racing) así que se ha dejado cinco puntos en dos partidos, tras el empate en el Ruiz de Lopera y la derrota en casa contra el Espanyol. La consecuencia es que el Madrid ha rebajado en sólo una semana de 12 a 7 puntos la ventaja que le sacaba el Barcelona. Pero en Barcelona nadie se arruga. O por lo menos, eso dicen los protagonistas "El equipo está muy concienciado. Estamos concentrados en nuestro objetivo. Los partidos que vienen ahora son los más importantes del año", aseguró Keita antes de reconocer que por nada del mundo se esperaba que le enseñaran una tarjeta roja "por una jugada que no fue ni falta". "Ni toco la pelota ni toco al jugador", advirtió el de Mali.
Los técnicos no ven relación entre el empate en Sevilla y la derrota del sábado
"No me cambio por nadie. Somos primeros y sabemos el camino", dice Puyol
En el Barcelona, mientras, están hartos de encadenar, una semana tras otra, un día menos de descanso que sus competidores. "¿Por qué jugamos el sábado contra el Betis si más de 15 futbolistas del Barcelona habían tenido compromiso internacional?", se preguntan todavía en el club.
Al tiempo, Guardiola se muerde la lengua para no hablar de los árbitros , aferrado a su inquebrantable voluntad de no criticar su trabajo. Pero la sensación que maneja el cuerpo técnico es que los árbitros son muy permisivos cuando el rival defiende -casi siempre- y no le perdonan ni una a su equipo. Por ejemplo, Piqué vio la tarjeta amarilla que le impedirá jugar en el Calderón tras la primera falta que hizo en el derby.
Por lo demás, Guardiola y su equipo sostienen que cada derrota tiene un padre y una madre y palpan una realidad evidente: el equipo necesita jugar bien para ganar los partidos, algo que no siempre le ocurre, por ejemplo, al Real Madrid, muy mejorado en las dos últimas citas. Ni siquiera el cuerpo técnico da importancia a que los rivales que han conseguido ganar al Barça lo hayan hecho con un diseño casi idéntico: 4-1-4-1. "Lo importante es lo que hacemos nosotros y no tenemos ninguna duda de que el camino que hemos marcado es el bueno", terció Puyol, recogiendo los mensajes que Guardiola viene lanzando al equipo desde que terminó el derby.
Los entrenadores están tan convencidos de que el equipo no tienen ningún problema físico como que la derrota en Numancia y la del día del Espanyol se parecen como la noche y el día. "No tienen nada que ver", dijo ayer uno de los ayudantes de Guardiola. "Es una casualidad que perdamos con equipos que están en descenso", se unió Keita. Tras perder contra el Numancia, Guardiola dijo: "Hicimos mal algunas cosas". Su mensaje fue diferente tras caer contra el Espanyol. "No tiene nada que ver una circunstancia con la otra", avisan sus ayudantes.
El Barça viaja hoy a Lyon sintiéndose líder solido en la Liga , consciente que juega la vuelta de los octavos de la Champions en casa y que lleva de dos goles de ventaja en las semifinales de la Copa ante el Mallorca. "Yo no me cambiaría por nadie. Somos los primeros, estamos bien, conocemos el camino y sabemos que lo podemos hacer", reconoció Puyol, capitán de un equipo que mira antes lo que queda por hacer que lo ya hecho.
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