Abel Resino: "No vengo a ser el más listo"
Entrevista con el nuevo entrenador del Atlético de Madrid
Abel Resino (Velada, Toledo; 49 años) asume con pragmatismo que Van der Sar, meta del Manchester United, haya batido su récord de imbatibilidad en las grandes Ligas, 1.275 minutos -por 1.302 del holandés- que le encumbraron en el ideario del Atlético. "Aunque tenía un poquito de esperanza en que no lo consiguiera, siempre he dicho que las estadísticas están para batirlas", cuenta el sucesor de Javier Aguirre en el banquillo del Calderón. Aunque lo que de verdad le importa es que sus jugadores recuperen el "hambre de ganar". "Si yo fuese jugador estaría deseando que llegasen esos encuentros", dice antes del pulso de hoy contra el Sevilla (22.00, La Sexta).
Pregunta. ¿Sólo alguien de la casa puede sacar al Atlético del pozo en que se ha metido?
"Nos falta gasolina, la plantilla lo sabe, nos cuesta terminar los partidos"
"Sevilla, Barça, Madrid... Si lo ves como un gran menú, se te indigesta"
Respuesta. Los jugadores han vivido mi llegada de una forma normal, me ven como un hombre de la casa, que viene con la idea de dialogar, no de ser el más listo de la clase. Ante todo pretendo ser sincero y honesto con ellos. Estoy satisfecho de la conexión que hemos logrado. En el fútbol los malos momentos los arreglan los grupos, y los futbolistas saben que forman un buen grupo. No he llegado como un burro a una cacharrería.
P. Caminero dice que ya de portero no dejaba de mandar.
R. Tengo un carácter fuerte, soy exigente y dialogante. Soy muy condescendiente cuando tengo que serlo. Río cuanto toca reír y estoy serio cuando toca eso.
P. Desde el primer día puso en jaque la preparación física.
R. No sé muy bien el motivo, pero hubo un bajón en ese aspecto. Los resultados lo demostraron. La plantilla es consciente de que no se encuentra bien físicamente. Tienen que esforzarse para recuperar la forma. Nos cuesta terminar los partidos.
P. ¿Su obsesión por la estrategia se la inculcó Sacchi?
R. Él me decía: "Hay que alejar al rival del área. ¿Por qué le vamos a ahorrar la transición, que es lo más difícil?". En el fútbol, como en la vida, el miedo te inhibe y te quita libertad. Los equipos ordenados, disciplinados y trabajados tácticamente tienen más opciones de ganar.
P. Por eso promulga una defensa adelantadísima.
R. Poco a poco va calando, pero no es cuestión de defensa adelantada, es una cuestión de juntar líneas. La idea es que el equipo se mueva lo más compacto posible. Necesita equilibrio. La calidad se ve en muchas cosas, y una es que los jugadores se atrevan con las novedades. La confianza en sí de un jugador con calidad es mayor.
P. ¿Y usted cree que tiene buenos futbolistas?
R. Hay un buen equipo, y se necesita un tiempo para inculcar mis ideas. Para eso todavía hay tiempo, hay que ver que estamos vivos y no nos hemos ido muy lejos de la parte de arriba.
P. Los jugadores reconocen que, siempre que hay un cambio de entrenador, salen con una motivación extra.
R. En estos casos siempre hay un estímulo diferente porque se renuevan cosas, pero en un equipo como éste también tiene que haber una convicción en lo que se hace. La historia del equipo nos obliga a estar en lo más alto. Un jugador, cuando llega al Atlético, debe saber adónde viene. No puede conformarse con rendir a tope un mes.
P. Como jugador ha vivido 29 cambios de entrenador en el Atlético, que ya son cambios. ¿Cree que una plantilla puede acabar con un técnico?
R. Tanto cambio es totalmente nefasto, porque no se acaban inculcando las ideas de cada uno. Es... como si pasaras de la democracia a la dictadura. ¡Y la democracia se merece sus oportunidades! En el fútbol ocurre un poco eso: pasas de un entrenador con un estilo determinado a otro totalmente opuesto.
P. ¿Tiene sensación de temporalidad en el puesto?
R. No me planteo nada de eso. Siempre he sido valiente para afrontar cualquier reto. Éste no me lo pensé, y tiene una presión añadida, pero estoy acostumbrado. Aquí he estado de jugador, me he ido a cualquier sitio a entrenar, pero he vuelto a mi casa de toda la vida. Si el 30 de junio el Atlético quiere que hablemos, hablaremos. Y si no, no pasa nada. La vida sigue.
P. Llegan Sevilla, Barça, Madrid y Villarreal en Liga. Y, entre medias, el Oporto. En la primera vuelta el equipo fracasó ante los grandes.
R. El Atlético, ahora mismo, sólo tiene que preocuparse del Sevilla. En esta casa se crean muchas preocupaciones a largo plazo. No nos interesa. Luego hablaremos del Oporto. Y luego del Barça. Y después del Madrid. Si ves esto como un menú muy grande, se te indigesta.
P. ¿Cuál es la imagen que más se aproxima a la del equipo, la de la victoria en Huelva o la del empate contra el Getafe, partido que fue una especie de vuelta a las andadas?
R. Con todo lo que digan, para mí la actitud del equipo ha sido buena en los dos partidos. Lo que pasa es que sigo pensando que nos falta gasolina. Y cuando te falta algo así, no puedes responder a las expectativas que generas. Y luego hay otra lectura: que los partidos y las crónicas se interpretan a través de los resultados. Si matamos el partido con el Getafe estaríamos hablando de cosas diferentes. Los cronistas también.
P. Sabiendo lo que hizo el Getafe, el Sevilla les buscará la espalda de sus defensas.
R. Tienen a Capel y Navas, gente importante por la banda, aunque también plantean un fútbol directo con Kanouté, al que le van a enviar el balón si no encuentran una salida fácil a la pelota. Es su recurso natural, que coja el rechace y lo abra a las bandas. Y marcan mucha intensidad, van al límite físicamente.
P. Sus jugadores entienden que les van los partidos locos.
R. Hay tanta vocación por el ataque que a veces se parte. El Kun, Maxi, Simão, Forlán... Hay que contenerles. Pero pienso que este equipo puede buscar el equilibrio. Hay que interpretar el partido a cada momento. Ése es el ideal de un equipo grande. Normalmente, cuando te vuelves loco es porque estás perdiendo. No es normal que vuelvas loco un partido que vas ganando. El único equipo que puede partir más los partidos, porque dentro de su propio desorden hace el orden, es el Barça, que en el fondo, tácticamente, en ataque, es un desorden.
P. ¿Le afecta a Agüero la parafernalia extrafutbolística?
R. Acaba de ser padre y eso te hace estar preocupado y no descansar bien. Supone un desgaste físico y emocional. El Kun, estando fuerte, tiene que marcar diferencias porque su calidad es muy grande. Y físicamente es un portento.
P. A sus jugadores les minimiza el Calderón.
R. Un jugador de este equipo, si sale con miedo al Calderón, lo tiene difícil para jugar aquí.
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