Lluís Recoder defiende que el tercer sector intervenga en la política social
Las entidades del tercer sector, sin ánimo de lucro, han de tener un papel importante en el diseño y la aplicación de las políticas sociales. Éste fue uno de los argumentos que ayer sostuvo Lluís Recoder (CiU), alcalde de Sant Cugat, en el fórum que organiza la Fundación Pere Tarrés en colaboración con EL PAÍS.
"Es importante", dijo, "que los ayuntamientos trabajen con las entidades del tercer sector. La Administración no es lo bastante eficiente y colaborar con ellas puede suponer incluso un factor de ahorro". El ponente recordó que hace 60 años los ayuntamientos apenas ponían bombillas en las calles y recogían la basura. "Venimos de una tradición en la que las entidades privadas han asumido tareas sociales sustitutorias". Recoder citó un trabajo del sociólogo Robert Putnam sobre la democracia italiana en el que distingue un sur asolado por la corrupción y un Norte con políticas sociales más eficaces, en las que las entidades del tecer sector tienen una participación intensa en colaboración con las administraciones. En aplicación del principio de que los ayuntamientos no actúen en solitario en este frente, citó la creación en Sant Cugat de seis mesas de trabajo sobre distintos problemas sociales (desde las enfermedades degenerativas a la inmigración) en las que la Administración consensúa y coordina con las entidades los planes de actuación.
El tema de la crisis estuvo presente en el debate. El Ayuntamiento de Sant Cugat, a pesar de ella, mantiene la dedicación del 1% de su presupuesto para el Tercer Mundo. En otro plano de actuación, la Administración municipal ha querido inyectar seguridad económica a los proveedores garantizando el pago en 30 días. Si no lo hace, determinadas entidades financieras adelantan el dinero con la garantía municipal.
