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Reportaje:

Una exhumación por seis millones

Un juez manda analizar el ADN de un cadáver para resolver una herencia

Manuel Planelles

El caso de Rafael Rebollar se puede resumir en cifras. Veinticinco minutos de exhumación, ocho años de espera, dos presuntos hermanos enfrentados y unos seis millones de euros de herencia.

El curioso acto judicial que se registró ayer en el cementerio del municipio sevillano de Écija duró 25 minutos, lo que se tarda en abrir un nicho y sacar un cadáver para recoger un fémur y dos dientes de los que extraer muestras de ADN. En unos días se utilizarán para comprobar si Rafael Rebollar es hijo del que dice que fue su padre, un rico agricultor de este pueblo sevillano que supuestamente dejó embarazada a su madre y se desentendió de ella y de su vástago tras dos años de relación.

Rafael tiene 67 años y lleva ocho intentando que se le reconozca como hijo legítimo del que dice que es su padre. El Juzgado de Primera Instancia 19 de Sevilla aprobó en mayo de 2008 la exhumación para tratar de resolver este asunto. Y ayer se llevó a cabo en el camposanto.

"Se fue con otra y nos abandonó", se lamenta el supuesto vástago

Rafael no busca sólo un apellido -actualmente lleva sólo los de su madre-. Quiere que se le permita, al igual que a la única hija reconocida de este terrateniente ya fallecido, disfrutar de los aproximadamente seis millones de euros que este hombre dejó en herencia cuando murió hace cinco años. Rafael, que estuvo presente ayer durante todo el acto judicial de exhumación, lo resumió con una sola frase: "Soy igual que mi supuesta hermana".

El padre fue incinerado cuando falleció hace un lustro, por lo que el cuerpo que se ha desenterrado ahora para las pruebas de ADN es el de un presunto tío de Rafael, que lleva muerto 15 años. El abogado del demandante, Fernando Osuna, espera que los resultados puedan estar listos en un mes. El Instituto de Medicina Legal se encargará de las pruebas.

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La madre de Rafael era la hija de la costurera que servía en la casa del señorito. Según su testimonio, ambos mantuvieron una relación sentimental de al menos dos años. En 1941 nació él. "En el 45 se fue con otra y nos abandonó (...) Cuando iba a verlo unas veces me despreciaba y otras me ignoraba". Su madre, ya fallecida, se quedó soltera. "Recuerdo como mi abuela [la madre de su presunto padre] me llevaba la comida a escondidas".

La vida de Rafael no fue fácil. Su infancia la pasó en un hospicio de Sevilla capital estudiando. A los 19 volvió a su pueblo y le pidió ayuda al que consideraba su progenitor. "Cuando me fui a casar, le pedí trabajo y me contestó que no me conocía de nada". No hubo suerte y Rafael tuvo que emigrar a Cataluña para ganarse la vida. Allí vivió 37 años. En 2000 comenzó su batalla legal, que ahora está más cerca de terminar.

Cuenta el letrado Fernando Osuna que el caso de Rafael Rebollar no es el único. El abogado se está especializando en este tipo de historias de la España de posguerra. Actualmente lleva un par de casos más también en Écija y en El Coronil (Sevilla).

No siempre han tenido suerte en los juzgados los hijos bastardos. El Tribunal Supremo excluyó de la herencia de un hombre a siete de sus 11 hijos en 2007. Los hijos también nacieron fuera del matrimonio. Pero la razón legal que esgrimieron entonces los magistrados del Supremo fue que el padre había muerto en 1976, cuando no había entrado en vigor la Constitución. La Carta Magna, aprobada en diciembre de 1978, reconoció que todos los hijos son iguales ante la Ley, independientemente del origen de su filiación, con lo que se ponía punto y final al desamparo en el que muchas veces se encontraban los que nacían fuera del matrimonio católico.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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