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Reportaje:Primer plano

Más trigo pero menos dinero

El precio de los alimentos se reduce al tiempo que también cae la renta disponible

Cristina Delgado

El tsunami alimentario. La tormenta perfecta. Las Naciones Unidas y el Banco Mundial hablaban así de la crisis alimentaria que asolaba a más de 30 países a mediados de 2008. Subidas desorbitadas de los precios de trigo, maíz o arroz ponían en jaque a los países en desarrollo y encendían la mecha de los disturbios callejeros. En Europa y Estados Unidos se resumía en cestas de la compra más caras. En los últimos meses, sin embargo, el coste internacional de cereales y lácteos vuelve a su cauce. La inflación se deshincha. ¿Ha amainado pues la tormenta? Los organismos internacionales piden precaución. El kilo de arroz cuesta menos, sí, pero la renta de las familias ha caído todavía más deprisa que su precio.

El precio del trigo y el maíz ha caído más del 60% en la Bolsa de Chicago
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Que las continuas subidas y bajadas del petróleo vapulearan la inflación española, era un fenómeno al que ya estábamos acostumbrados. Sin embargo, que fueran los alimentos los que de una manera tan brusca tensaran la cuerda, resultó bastante inquietante a lo largo de 2008. Tres años antes, el grupo de alimentos registraba una inflación interanual de entre el 3% y el 4%. En junio de 2008 llegó al 7,2%. Los productos de panadería subían más del 8%. La leche o la mantequilla cerca del 20%. El dato de enero de este año, sin embargo, refleja finalmente un frenazo en los precios. Salvo alguna excepción, todos los productos moderan las subidas e incluso algunos han comenzado a retroceder. La caída del consumo, la bajada del precio del petróleo y la menor renta disponible han frenado la escalada.

Las bajadas han llegado también a los mercados internacionales. En la Bolsa de materias primas de Chicago ha desaparecido el furor inversor de meses atrás, tras las mejores cosechas de 2008. El trigo, por ejemplo, que hace 12 meses se pagaba a 12 dólares el bushel (9,3 euros cada 24,5 kilos), ayer cotizaba cerca de 5,4 dólares, niveles similares a los de 2006. El maíz, que superó los 8 dólares por bushel, ahora se paga a cerca de 3,6 y muchos analistas hablan incluso de más bajadas, porque la demanda podría relajarse aún más, ya que la climatología favorecerá las cosechas en Argentina o Brasil.

En el caso del arroz, las caídas para algunas variedades no son tan acusadas, pero en general también superan el 20%. Tailandia, uno de los principales productores del mundo, ha reavivado incluso sus conversaciones con Vietnam para crear una especie de cártel del arroz, al estilo de la OPEP petrolera, según recogía Bloomberg. Quieren controlar los precios de las exportaciones, base de su economía, que aseguran que ya han caído hasta el 50% en unos meses.

Sin embargo, el Banco Mundial volvió el viernes a lanzar un llamamiento sobre la preocupante situación de muchos países. Que nadie se relaje, pedía. Los alimentos bajan, pero la renta de las familias también lo hace. A un ritmo incluso más acusado. "Si bien gran parte del mundo está concentrado en rescates bancarios y en planes de estímulo, no deberíamos olvidar que la gente pobre de los países en desarrollo están más expuestos si sus economías flaquean", advirtió el presidente, Robert Zoellick.

"No podemos olvidar que muchos países siguen sufriendo la crisis alimentaria, y para colmo, ya no es una prioridad política. Los países desarrollados prefieren darla por zanjada, prefieren limitarse sólo invertir en sus propios problemas", coincide Carlos Galián, coordinador de la campaña de agricultura y alimentos de Intermón Oxfam. Desde esta organización puntualizan que aunque en las Bolsas los precios sean menores, a pie de calle no siempre se notan las bajadas.

Las caídas en la Bolsa de Chicago reflejan que los alimentos ya no son un valor refugio para inversores que huían de las hipotecas basura. Como tampoco lo es ya el petróleo. "Es cierto que en Centroamérica y algunos lugares de Asia sí han bajado los precios. Pero en otros puntos de Asia y especialmente en África, siguen subiendo", subraya Galián. Cita un informe reciente de la Agencia del Desarrollo de Estados Unidos, que asegura que en Mozambique el maíz ha subido un 143% desde el inicio de 2008.

Incluso en el caso de aquellos países donde bajan los precios, el problema, advierten, no se puede dar por solucionado. Hay más trigo y más arroz. Y es más barato. Pero las familias tienen menos dinero. "Los nuevos cálculos para este año indican que las tasas de crecimiento [económico] más bajas atraparán a otros 46 millones de personas con ingresos de menos de 1,25 dólares diarios, más de lo que se esperaba antes de la crisis", señaló el viernes el Banco Mundial. Calculan que otros 53 millones de personas vivirán con menos de 2 dólares por día. Y todos estos se suman a los cerca de 150 millones de seres humanos que cayeron en la pobreza el pasado año.

"El problema es que algunos países aún viven atrapados en la crisis de 2008 y ahora pueden caer en otra más profunda", advierte Galián. Apunta a la sequía en China, "la mayor en los últimos 50 años", la falta de inversiones en muchos países "que empresas y gobiernos han frenado por la recesión", y los todavía elevados costes de fertilizantes y semillas.

La FAO, agencia de alimentación de la ONU, también lanzó el viernes ese guante. "La disminución de la superficie cultivada y la climatología adversa pueden reducir la producción en la mayor parte de los principales países cerealeros", explicó en un comunicado. En 2008 se consiguieron buenas cosechas. Aumentó la cantidad de producto almacenado. Pero nadie puede bajar la guardia, porque 2009 trae sus propios nubarrones.

Frutas y verduras en un puesto del mercado de La Boquería de Barcelona.
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Sobre la firma

Cristina Delgado
Es subdirectora y se encarga de la edición digital de EL PAÍS. Antes fue redactora jefa de Economía, sección en la que se incorporó al periódico, en 2008. Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual, ha realizado el máster UAM-ELPAIS y posgrados de información económica y gestión.
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