La reserva para insolvencias hace caer un 47% los beneficios de Caixa Galicia

La primera caja gallega encara la crisis apretándose el cinturón y anticipando eventuales riesgos. Un ejercicio de cautela que, en palabras del director general de Caixa Galicia, José Luis Méndez, "servirá para fortalecer al máximo" su política de provisiones tras un año, el 2008, "que fue la antesala de la prudencia" que ahora aplican.

Méndez presentó ayer los resultados de la entidad, que arrojan un beneficio atribuido al grupo de 211 millones de euros, un 47% menos, frente a los 401 millones que ganó al cierre del 2007. Sin contar con una dotación extraordinaria que realizó por importe de 208 millones, Caixa Galicia hubiera obtenido en 2008 un resultado recurrente de 437 millones, un 9,1% más.

Méndez: "Las fusiones dependen del compañero adecuado"

El director de Caixa Galicia, que destacó que las cuentas priman "la solidez frente a los resultados", aprovechó la presentación para avanzar las líneas en las que se moverá la política de la caja durante este año. Entre otras cosas, está prevista una reducción del salario de su equipo directivo en un 30% de media, entre remuneraciones fijas y variables, así como el mantenimiento de la inversión en obra social en torno a los 112 millones de euros. En la red de oficinas no habrá nuevas aperturas sobre las 891 que tiene actualmente.

Una de las señales que lleva a la entidad a adoptar dicha política de prudencia es la morosidad. La tasa de créditos de dudoso cobro de Caixa Galicia se elevó hasta el 3,43% durante el año pasado, triplicando el 0,7% alcanzado al cierre del anterior ejercicio, aunque sigue situada, destacó Méndez, por debajo de la media del sector. En su opinión, los índices de morosidad durante 2009 se pueden mover entre el 5,5% o 6%. De ahí que las dotaciones y saneamientos realizados el año pasado por la caja alcancen los 587 millones. En su conjunto, si se tienen en cuenta los fondos destinados a insolvencias exigibles por el Banco de España, la caja cuenta con un colchón de 789 millones para afrontar fallidos y otras consecuencias de la crisis. Sus recursos propios ascienden a 4.000 millones, 830 millones por encima del mínimo legal.

Los resultados de Caixa Galicia, que su director general calificó de "defensivos", no le han impedido elevar el saldo del crédito otorgado a clientes un 2,7%, hasta alcanzar los 36.172 millones de euros. Para matizar cualquier crítica sobre la política crediticia de Caixa Galicia, su primer ejecutivo explicó que 66 de cada cien euros concedidos durante 2008 se destinaron a empresas: 5.507 millones sobre un total de 8.361 millones en nuevas operaciones.

Méndez también aportó las pautas que moverán los ejes de la cartera de participadas. No ha previsto sacar la Corporación Caixa Galicia al mercado, como se planificó hace dos años, y en principio tampoco dará entrada de nuevos accionistas en el capital del brazo industrial de la entidad.

Al tiempo que adelantó que las plusvalías obtenidas con la venta de su participación en Unión Fenosa se volcarán en un gran proyecto en A Coruña que prefirió no avanzar, desmintió cualquier contacto con la Xunta para abordar una eventual fusión con Caixanova, sobre la que no se pronunció. En cambio, sí considera "interesantes" otras operaciones de integración. Ante la posibilidad de que el Gobierno active las fusiones de cajas extrarregionales, Méndez se mostró cauto. "Cuando suene, sonará", esbozó enigmático.

También tuvo tiempo para analizar las perspectivas del sector eólico, una apuesta inversora de Caixa Galicia que se articuló con tres socios (Norvento, Cupa Group y Sistemas Eólicos de Touriñán), para lograr la adjudicación de 314,8 megavatios en el concurso de la Consellería de Innovación e Industria. En su opinión, "es deseable la conformación de un gran grupo renovable".

"Quién, cómo y cuándo, no lo sé", zanjó.