El hombre que borrará a Bubka

La gente de la pértiga ha tenido que esperar unos cuantos años, pero los más impacientes ya han empezado a poner el champagne en la nevera. El reinado de Serguéi Bubka, el monarca absoluto de la especialidad desde hace más de 20 años, se acerca a su fin, calculan. El hombre que puede borrarle, por lo menos, ya está en el escenario. A Bubka, el atleta que convirtió la especulación en un arte para batir récords del mundo centímetro a centímetro, año a año -entre 1984 y 1994 batió 35 veces la plusmarca mundial, indoor y al aire libre, entre 5,81 y 6,15 metros-, y que se ha dedicado desde su retirada a un quisquilloso retoque de las reglas para poner más difícil su sucesión, le sucederá, dicen, inevitablemente, el anti-Bubka: un australiano tan loco y temerario como el ucranio era calculador llamado Steve Hooker.

Hooker, de la ardiente Melbourne, de 26 años, saltó a la fama con el oro olímpico en Pekín -un concurso increíble: cuatro alturas pasadas en el tercer intento, incluidos los definitivos 5,96 metros- y en sólo dos salidas este invierno ha subido su mejor marca hasta 6,06 metros -el sábado, en Boston. "Ya no queda nadie entre Bubka y yo", dijo Hooker, autor de la mejor marca desde los 6,05 de Tarasov en 1999- y ha efectuado seis muy dignos intentos sobre 6,16 metros, un centímetro más alto que el récord mundial de Bubka desde 1993. "A una técnica muy buena, técnica rusa, pues su entrenador es Alex Parnov, un ruso que emigró a Australia para los Juegos de Sidney y allí montó un grupo con Grigorieva, Markov y Chistiakova, une Hooker un físico portentoso, muy fuerte, musculoso, longilíneo y una mentalidad salvaje, temeraria", dice Jon Karla Lizeaga, entrenador de Naroa Agirre. "Un cóctel explosivo y único. Es un poco el Nadal de la pértiga. Junto a Lukianenko, que ha saltado más de 6 metros con 14 apoyos, y Walker, es el futuro. Ya se puede decir que hay uno con posibilidades de borrar a Bubka". Aleluya.