Viladecans exhibe el resultado de su diálogo con Poe

Los colores rojo, negro y ocre, para el Poe más oscuro de los cuentos de terror. Los verdes, azules y violeta, para los relatos fantásticos y satíricos del autor de El gato negro. Así ha visto Joan-Pere Viladecans Todos los cuentos, del gran escritor norteamericano, y el resultado se puede ver en la Fundación Círculo de Lectores de Barcelona hasta el 14 de marzo. En una de las salas, la primera que recibe al visitante, se exponen 53 obras del centenar que el artista pintó en 2004 para ilustrar la obra que ahora reedita Galaxia Gutenberg (con traducción y prólogo de Cortázar) coincidiendo con la celebración del segundo centenario del nacimiento de Edgar Allan Poe.

Las pinturas que acompañan los dos volúmenes son ilustraciones sobre papel realizadas con técnicas sencillas y llevan los mismo títulos que los cuentos. "Tras leer los textos, escogí un momento de la narración o destaqué un personaje mediante la utilización de imágenes y colores", afirma Viladecans, que dice haber huido de figuras concretas para intentar plasmar sensaciones y emociones que sirvieran de eco durante la lectura, y evocar la atmósfera de misterio de los relatos. Según el pintor, éste ha sido "un proceso complejo y exigente, pero también un diálogo muy enriquecedor".

Cruzando un estrecho pasillo se accede a la sala interior donde el mismo Viladecans expone, por primera vez, ocho cuadros de gran formato (256 x 305 centímetros). Son obras realizadas entre los años 2004 y 2006 con técnicas mixtas, tan características del pintor, sobre fieltro orgánico. Las obras tienen títulos como Germinació, Allò que s'amaga, Després del món, Meteorologia y Una veritat subjectiva y Viladecans las califica de "reto personal, por la complejidad del tamaño y por su realización a base de kilos de pinturas, resinas y pigmentos". Las enormes figuras contorneadas de un toro, un perro, un cráneo humano, un libro -"reflejo del papel de la literatura en la civilización"- o un tubérculo "actúan como continentes que muestran la biología en estado puro y contienen en su interior otras formas".

El pintor explica que ha "creado estos cuadros con la misma pasión que llevó al hombre de Altamira a pintar las figuras de animales en el interior de las cuevas y a los grafiteros de hoy a hacer sus dibujos en muros y paredes".

Viladecans confiesa que pintó estas obras para superar "su síndrome de Estocolmo" y su relación de complicidad tras ser "secuestrado" por Poe y su obra. "Sin embargo", comenta resignado, "no lo he conseguido, ya que en estos cuadros perdura la magia y la poesía de las ilustraciones que hice para los cuentos".