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Un coche que ETA abandonó en Salamanca reabre la pista portuguesa

Jorge A. Rodríguez

Dos casualidades han permitido localizar en 24 horas un zulo con armas y explosivos y un coche robado con un artefacto incendiario abandonados por ETA en Ordizia (Guipúzcoa) y Salamanca, respectivamente. El vehículo había sido alquilado en Portugal en agosto pasado, lo que ha reabierto las sospechas de que la banda habría logrado establecer y mantener algún tipo de infraestructura en territorio luso desde 2007.

El coche fue alquilado el 16 de agosto en Faro, al sur de Portugal y nunca fue devuelto. Tras meses aparcado detrás de un cuartel del cuerpo de Ingenieros del Ejército en Salamanca, el 26 de enero lo retiró la grúa y lo llevó a un depósito municipal, cuyos responsables comprobaron que la empresa de alquiler había denunciado su no devolución. Ayer, cuando iba a recogerlo un miembro de dicha empresa, se comprobó que bajo el asiento del conductor del Fiat 1 había una botella de líquido inflamable con el anagrama de la banda, conectada a un detonador. Éste es el artefacto que usa ETA para quemar el coche de huida y borrar huellas.

El lugar donde estaba aparcado y la presencia del artefacto ha hecho sospechar a los servicios antiterroristas de que pudiera haber sido preparado por un comando para escapar tras un atentado. Y confirma que ETA ha seguido presente en territorio luso al menos entre los veranos de 2007 y 2008.

Base permanente

El ya detenido Garikoitz Aspiazu, Txeroki, ordenó al último comando Vizcaya desarticulado crear en Portugal una "base permanente". Dos etarras se desplazaron hasta Lisboa, donde alquilaron viviendas y sustrajeron documentación y vehículos, entre ellos el Seat Ibiza usado para huir tras el atentado que perpetraron contra la Casa Cuartel de Durango (Vizcaya) en verano de 2007. Antes, el 21 de junio, un comando abandonó en Ayamonte (Huelva) que se dirigía hacia Portugal otro vehículo con 130 kilos de explosivo.

Mientras, el material de ETA hallado por la Ertzaintza en el zulo de Ordizia (Guipúzcoa) era muy antiguo, informa Aitor Guenaga. Tanto, que los especialistas en explosivos tuvieron que destruir allí mismo los ocho kilos de dinamita francesa, que estaba muy deteriorada. Entre el material escondido hace por lo menos una década, los agentes hallaron una pistola, una granada, 200 cartuchos nueve milímetros parabellum, un pasamontañas y pelucas.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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