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Reportaje:Economía global

Noruega, a todo gas

El PIB del país nórdico se ralentizará hasta el 1,5% este año, tras crecer un 2,5% durante 2008 pese a la crisis

Noruega ha sido uno de los grandes ganadores de la crisis del gas entre Ucrania y Rusia, que ha tenido a media Europa congelada durante dos semanas. El país nórdico -que logró récords históricos en el volumen de gas exportado durante los días que duró el conflicto- se convirtió en el suministrador alternativo de Europa occidental y consiguió así paliar en parte la caída que han tenido sus exportaciones durante la segunda mitad de 2008. Una ralentización que amenaza con terminar con uno de sus mayores periodos de bonanza económica.

Los datos del propio Ejecutivo indican que el crecimiento durante 2008 ha sido del 2,5%, pero que durante este año la ralentización podría llevarlo al 1,5% del PIB. Los pronósticos del FMI y la UE también van en esta línea, aunque apuntan a crecimientos más cercanos al 1%. El gran problema ha sido la caída del precio del petróleo, la principal exportación del país. El crecimiento de años anteriores -que alcanzó un 3,1% en 2007- se consolidó gracias al alza del crudo. Noruega es el tercer exportador mundial de petróleo y el primero de Europa occidental, y los hidrocarburos representan el 27% de su PIB.

El gas supone ya el 40% en sus ventas de hidrocarburos y en 2013 llegará al 49%

No obstante, la crisis internacional y la escasez de nuevas reservas han generado que el país redujera su producción de estos combustibles en 2008 hasta un 4%. Esto ha llevado a las autoridades económicas a comenzar un proceso de sustitución de exportaciones para centrarse en el gas. De esta manera se explica que estos últimos envíos hayan crecido un 11% en 2008 y se espera que la parte del gas en las ventas totales de hidrocarburos suba del 40% hoy al 49% en 2013.

Pero éstas son medidas a medio plazo. En el corto plazo, el desempleo ha comenzado a ganar terreno de la mano de la caída del consumo interno. Es por ello por lo que después de aprobar un paquete de 50.000 millones de dólares a la banca local, el Banco Central noruego recortó su tasa de interés de referencia en 1,75 puntos porcentuales para dejarla en el 3%. Esta decisión se tomó por el bajo crecimiento y "porque la inflación está calmándose más rápido de lo esperado", según señaló el presidente del Norges Bank, Jan Qvigstad. El instituto emisor anticipaba en este informe que el empleo y la producción caerán en los próximos cuatrimestres.

En esta línea, la relajación de los tipos se ha antojado insuficiente. El Ejecutivo prepara un nuevo plan de estímulos fiscales para evitar la paralización de los sectores productivos. Este proyecto, que llegará la próxima semana al Parlamento, incluirá planes de infraestructura que generen puestos de trabajo en momentos en que se destruye empleo. Ello se traducirá en un crecimiento del gasto estatal de un 3,25% para este curso, lo que llevará el déficit fiscal al 2,6%. Otras voces piden además que los impuestos a las empresas se reduzcan del 28% al 26%, algo que ha sido calificado de "mala idea" por el Ejecutivo.

Mientras, la inflación se sitúa en el 2,5%, más bajo de lo esperado por las autoridades a estas alturas de la crisis y uno de sus niveles más reducidos desde el boom económico de Noruega, que se prolongó durante los últimos cinco años. Del mismo modo, el desempleo -que es uno de los más bajos del mundo- ha crecido hasta el 2%, luego de sucesivas escaladas durante el último trimestre del año pasado, marcando un crecimiento acumulado del 29% en este periodo.

Refinería de Esso en Slagentangen (Noruega).
Refinería de Esso en Slagentangen (Noruega).BLOOMBERG

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