Las cajas y el 'flashback'
En Amanece, que no es poco, una película española de humor surrealista dirigida por José Luis Cuerda en 1988 los vecinos hacen flashback por mandato municipal en la plaza del pueblo. Les convoca el alguacil con carteles en las paredes: "El lunes hacemos flashbacks". Y allí se congregan todos los aldeanos para situarse donde estaban 20 años antes. Hoy martes voy a hacer flashbacks en este artículo. Me voy a la hemeroteca y recuperamos el debate de la caja única hace justamente una década, cuando en febrero de 1999 el presidente de la Junta llamaba a la fusión de las cajas andaluzas, como elemento indispensable para reforzar el sistema financiero autonómico. Chaves dijo: "Si queremos responder a la globalización y a la interrelación económica hay que proceder a esa fusión". Quince días después el cuadernillo de EL PAÍS abría con este titular: "La fusión de las cajas de ahorro desata una guerra localista".
Dos meses más tarde, el presidente de Unicaja escribía una tribuna de opinión en este diario. El continente, aislado, era el título. Braulio Medel decía: "En fin, hay un cierto tufillo victoriano, también trasnochado, en la idea que algunos tienen de Andalucía. En esencia es ésta: no puede o no debe acometerse ningún gran proyecto andaluz que no se maneje o controle desde los cenáculos de la metrópolis (tampoco queda muy claro si en razón de la metrópoli o en razón de los cenáculos). Frente a una idea solidaria de Andalucía, con un amplio poder compartido, vuelta a enrocarse en la seguridad de los poderes locales y provinciales". Poco tiempo después la por entonces consejera de Economía, Magdalena Álvarez, tildaba de "cateta", "provinciana" y de una "miopía total" la discusión abierta entre dirigentes políticos acerca de dónde debía estar ubicada la sede de la futura caja única de Andalucía.
En ese mismo mes de marzo de 1999 se leía esto otro en EL PAÍS: "El Gobierno andaluz cuenta con estudios financieros que avalan la conveniencia de la fusión en una sola entidad de todas las cajas de ahorro de Andalucía y que aconsejan que sería un suicidio" seguir en la situación actual, afirmó en Jaén el consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, un día después de que Manuel Chaves se comprometiese en sede parlamentaria a dar "el impulso político necesario" para la unión.
Se acabó el flashback. Estamos en 2009. Es miércoles y habla Chaves en sede parlamentaria: "La economía andaluza debe contar con una gran caja de ahorros cuanto antes. Lo puedo decir más alto, pero no más claro: contar con una gran caja interesa a Andalucía". El presidente andaluz intenta frenar la nueva polémica sobre la futura sede de la futura caja. Su partido, el PSOE, defiende una cosa en Málaga y la contraria en Sevilla. Al PP le pasa lo mismo. Pero, a los populares con traca. Javier Arenas está en contra de la fusión y sus secretarios provinciales en Málaga y en Sevilla quieren que la sede de la caja única que no quieren esté en sus respectivas capitales.
En la película Amanece, que no es poco, José Sazatornil Saza interpreta a un cabo de la guardia civil que detiene a un escritor por plagiar a Faulkner, con la "devoción que existe en ese pueblo por Faulkner"; Miguel Rellán da vida a un borracho que cuando bebe se desdobla y puede estar en dos lugares a la vez, y Guillermo Montesinos interpreta a un suicida que se pone en medio de la carretera para que lo atropellen, pero que siempre le esquivan. La lista de personajes es extensísima y las historias que en ella se cuentan absurdas. Parecen personajes salidos del debate de la caja única. Dirigentes que se plagian a ellos mismos, que corren el riesgo de suicidarse y que se desdoblan para decir una cosa en un sitio y la contraria en otro. Y todo para que al final pase como en la película, que en las cajas de ahorros andaluzas termine amaneciendo al revés.
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