63 goles y 17 palos
20 remates, 3,15 tantos y 0,85 postes, media del Barça por partido
"No vamos a descubrir el agua caliente hablando ahora de que el Barcelona es un equipo magnífico", proclamó Sergio Kresic, el entrenador del Numancia, en la sala de prensa del Camp Nou. No estaba para tonterías porque, en su partido 200 en la Liga, el Barça les había metido cuatro goles: dos de Messi, que lleva 23 entre todas las competiciones; uno de Eto'o, 19, a uno por cada partido que ha jugado en la Liga, y otro de Henry, que ya suma 12, los mismos que firmó en toda la campaña pasada. En total, acumulan el 71% de los goles de un equipo que chuta mucho y bien. "Es cuestión de trabajo", relativiza Messi.
El caso es que los muchachos de Pep Guardiola suman 63 goles en lo que va de Liga, por lo que han superado el registro histórico de las temporadas 1950- 1951 y 1958-1959, cuando se lograron 62 goles en 20 partidos. La media actual supera las tres dianas por partido (3,15) y remite a una máquina ofensiva brutal. La estadística lo demuestra. Ningún equipo remata más que el Barcelona -20 veces por partido- y con tanto acierto, aunque, de tanto apurar, con los dos remates a la madera del partido contra el Numancia, ya totaliza 17 tiros a los palos. "Muchos, de forma increíble", confiesa Vilanova, el segundo de Guardiola.
"Creamos ocasiones porque estamos bien colocados", explica el 'pichichi' Eto'o
Dos goles más y el Barça sumará 5.000. "Sería bonito que fuera un futbolista de casa quien hiciera historia", anunció Henry, que señala a Messi como culpable del poderío ofensivo: "Cuando coge la pelota, siempre tenemos una ocasión".
Iniesta abre el abanico y responsabiliza al trío ofensivo de que el equipo triture a los rivales: "Con delanteros como éstos ¿cómo no vamos a meter goles?" se pregunta. "¡Y más que podríamos marcar!", se lamenta Eto'o. "Creamos muchas ocasiones porque estamos bien colocados y robamos el balón muy cerca del área rival. Pero también fallamos muchas", se lamentó el camerunés. "Los errores son errores. Lo que me fastidia de mí mismo es fallar porque de vez en cuando hago difícil lo que es fácil", se culpó. "Es cuestión de espíritu, de voluntad, de las ganas que le ponen y de lo buenos que son", sostiene Guardiola, contento después de escuchar por boca de Messi: "Sólo me iré del Barça si me echan".
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