Un modelo en cuarentena
La crisis acaba con algunos torneos y los tenistas se enfrentan a la ATP por los premios
"Una cosa es segura: la Copa Davis y los grandes torneos se van a celebrar pase lo que pase, a no ser que llegue la III Guerra Mundial". Lo dijo Jan Menneken, director comercial de la Federación Internacional de Tenis, y así adelantó justo lo que no quería: el conflicto entre los tenistas y la ATP, que rige el circuito masculino. La discusión, que tiene su origen en el incremento que tendrán las ganancias de los semifinalistas y los finalistas de los grandes torneos, mucho mayores que las del resto de participantes, se produjo el sábado en el hotel Crown Towers de Melbourne, y convirtió al tenis en espejo de un mundo en crisis. Se discute por dinero. Se teme por el futuro de algunos torneos y tenistas.
El encuentro del Crown Towers, anunciado en los tablones de corcho del club de Melbourne, era de asistencia obligatoria y debía ser una ocasión para celebrar "un aumento del 33%, hasta los 80 millones de dólares " del dinero que reciben los jugadores en función de sus resultados. El sábado, sin embargo, "se montó un pollo". Hubo tenistas que calcularon que, en realidad, el incremento era "sólo" del 17%, porque la ATP había tomado como referencia la bolsa de premios de 2006 y no la de 2008. Hubo jugadores que criticaron que los ganadores de un torneo 1.000 (el nuevo nombre de los antiguos masters) vayan a recibir un 42% más de dinero en 2009 (de 360.000 euros a 620.000), frente al 25% de incremento que disfrutarán los que caigan en cuartos (de 46.000 a 61.000 euros). Y hubo quien concluyó que el problema va más allá de que los cambios sólo beneficien a unos pocos: hay una cadena de acontecimientos que pone en cuarentena el modelo de negocio del tenis.
Los torneos tienen que buscar más financiación que nunca en plena crisis porque la ATP les obliga a aumentar el dinero de la bolsa de premios. El organismo rector, además, ha perdido el patrocinio de Mercedes, que lo había financiado desde hace 12 años, y todavía busca reemplazo. Djokovic ha comprado la plaza del torneo de Amersfoort, hundido por las facturas, para llevárselo a Belgrado. Y el torneo femenino de Berlín ha cerrado. Más argumentos. Los jugadores que están más allá del top50, que no obtienen más que material de sus patrocinadores, han visto cómo se reduce el número de sus dos principales fuentes de ingresos: clinics y exhibiciones.
Nadal, por ejemplo, recibió una oferta para rentabilizar el viaje que debía hacer a Argentina para la final de la Davis: participar junto a Fernando González en una exhibición en Chile, y jugar otra en Brasil. Antes de la final, el proyecto fue cancelado. Los promotores no podían afrontar el gasto. "Coincidió con el estallido de la burbuja financiera", cuentan. "A Nadal también le afecta la crisis".
Más a los tenistas humildes. Más, por ejemplo, a Vasallo Argüello, defensor de los intereses del tenis obrero. "Normalmente", dice el número 71; "hacemos muchos torneos con plata, clinics y exhibiciones. Ahora escucharon que venía el desastre. Que se caía el mundo. Y todo se paró". "Nos bajaron los premios y algunos torneos decidieron no poner la plata", cuenta Argüello, que cobra 1.400 euros por clinic impartido, lejos de los 385.000 que puede lograr uno de los 10 mejores. "Los torneos pequeños van a pasar problemas", asumen desde la ATP. "La situación es incierta para todos", añaden tras describir como "tranquila" la reunión del Crown.
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