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La banca exige avales a los parados de la pizarra

Sin aval no hay crédito. Con esto se están encontrando los trabajadores de la pizarra de la comarca de Quiroga que se encuentran en paro forzoso por falta de actividad y que querían acceder a los créditos bancarios que en su día negociaron los sindicatos del sector con la Consellería de Traballo. "Entonces nos vendieron que podríamos acceder a créditos sin mayor problema, con el aval de Traballo, y que luego devolveríamos con cargo a las cantidades a percibir del Fondo de Garantía Salarial [Fogasa], pero ahora nos exigen un aval y nos dicen que desde la Xunta tan sólo se nos pagan los intereses y la comisión de apertura", explica Antonio Marcos, uno de los 85 trabajadores que había optado por estos créditos.

La mayor parte son trabajadores de Ferlosa, una empresa que presentó un expediente de regulación de empleo, por lo que todavía figura como activa, aunque allí ya no trabaja nadie y los empleados que no tuvieron la oportunidad de entrar en el ERE tan sólo percibieron una mensualidad desde el pasado mes de mayo. Para Marcos resulta "burlesco" llegar a uno de los bancos que había establecido un convenio para estos créditos con Traballo y encontrarse con que lo primero que le exigen es una nómina. "¿Para qué quieren mi nómica si no vale para nada?", se pregunta.

Empresas en quiebra

"Sinceramente, no sé si la culpa es de los sindicatos, de Traballo o de los bancos que no se fían de nadie y quieren garantizar los créditos por todos los sitios posibles, pero la realidad es que hay gente que está en una situación límite", razona este trabajador, quien además se lamenta de que por haber creído a la empresa, ahora será de los últimos en acogerse al paro. Su juicio no se celebrará hasta el 13 de febrero.

Pese a todo, Antonio relata que la suya no es la peor de las situaciones. "Mi mujer trabaja y vamos tirando, pero hay compañeros que ya no pueden más; juegan con nuestra situación de desesperación y miseria", se lamenta. A un compañero, explica, le embargaron el piso. Otro se quedó viviendo solo en Quiroga, porque su mujer optó por regresar, junto con sus dos hijos, a la casa de sus padres en Valladolid. Todo esto sucede en Quiroga, donde dos empresas (Pebosa y Ferlosa) están sin actividad y una tercera, Piquisa, estudia la posibilidad de presentar un expediente de regulación de empleo.

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