"El mejor, Luis Enrique"
Vitor Borba Ferreira (Recife, Brasil; 1972) ha pasado la última semana en Barcelona con el Bunyodkor, el club en el que juega por 3,5 millones de euros al año. El currículo de Rivaldo reluce porque ha ganado prácticamente todos los títulos y todos los premios individuales. Insiste en que tiene 36 años; vive en Tasken, capital de Uzbekistán, y, de compras por Barcelona, atendió a este periódico.
Pregunta. ¿Tanto le pagan para jugar en Tasken?
Respuesta. ¡Tengo cinco hijos que alimentar! En serio, juego al fútbol porque me gusta y porque físicamente siempre me cuidé. Se vive bien allí. Es un país sorprendentemente bonito. Suelo comer en una buena pizzería.
P. Su currículo impresiona. ¿Se siente reconocido?
"Seguramente, si Ronaldo no hubiera existido, se me valoraría más"
"¿Van Gaal? Él no me quería y yo tampoco quería volver a verle"
R. Podría hablarse más de mí, pero ni me preocupo. Sé que hice un buen trabajo y estoy contento del fútbol que jugué. Seguramente, si Ronaldo no hubiera existido, se me valoraría más. Llegué al Barcelona después de que Ronaldo [él le llama Ronaldinho] marcara 34 goles y se me comparó siempre con él. Igual pasó en Brasil. Pero eso fue bueno porque me exigió y me hizo crecer como futbolista.
P. ¿Cómo logró vivir del gol sin ser un goleador?
R. El gol me dio mucho, pero siempre preferí un buen pase a un tanto. Un gol lo puede meter cualquiera, pero un pase no. Se necesita talento. Es más difícil. Mi fútbol fue más que goles, aunque viví del gol sin ser un goleador. Un gol se puede meter por casualidad.
P. ¡Es cierto! Bogarde metió un gol con el Barça. Efectivamente. ¿Es el peor futbolista con el que ha jugado?
R. Era un compañero especial. A veces hablábamos... No me gusta ese comentario. El mejor futbolista con el que he jugado es Luis Enrique. Nadie contagiaba lo que él.
P. También jugó con Ronaldinho. ¿Qué le pasó?
R. En el Barça hizo cosas fantásticas. Después, la gente y la prensa empezaron a criticarle por salir por la noche. Perjudicaba mucho su trabajo... Cuando las cosas no salen, llegan las críticas y eso fue malo para él. Puede ser el número uno otra vez si vuelve a pensar sólo en el fútbol. Hay que tener cuidado con lo que haces fuera del campo. En algún momento se equivocó.
P. ¿Cómo vivió con Louis van Gaal?
R. Es un buen entrenador. Hablábamos mucho hasta que me harté de esperar que fichara un extremo. Me dijo que jugaría así un año. Pero sigo esperando. No llegó nunca. Van Gaal sabe de fútbol, pero dejé el Barça porque él no me quería y yo tampoco quería volver a verle.
P. ¿Es verdad que acudió a negociar con Josep Lluís Núñez con una grabadora?
R. No; es una leyenda. Con Núñez pacté un contrato en A Coruña y, cuando llegué a Barcelona, cambió las condiciones. "Si no quieres, vuelve al Deportivo", me dijo. ¡Cómo iba a volver si había salido por la puerta de atrás! Minguella tardó dos años en arreglarlo.
P. De todos los goles que marcó, ¿el de chilena contra el Valencia fue el mejor?
R. Aquel remate fue de todo el equipo. Nunca jugué solo. También marqué tres goles en San Siro: uno de los tantos fue a la salida de un libre directo en el que la pelota pasó por debajo de las suelas de las botas de la barrera del Milan. Cuando eres conocido, llega un momento en que vas a sacar una falta y todos saben donde vas a poner la pelota. Entonces, se trata de sorprender. Hay que inventar siempre. Improvisé. También me quedo con el gol a Inglaterra. Es difícil que un equipo vuelva a ganar un Mundial con la autoridad de Brasil en 2002.
P. No ha mencionado un triplete en el Bernabéu.
R. ¡Porque me anularon el tercero! Yo siempre diré que hice tres en el Bernabéu.
P. ¿Qué piensa de Pep Guardiola?
R. Siempre fue un entrenador en la cancha. Nos corregía antes, durante y después del partido. Le dije al presidente del Olympiakos que le fichara en 2007, pero yo acabé jugando en el AEK.
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