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Análisis:HEDGE FUNDS | Dinero & inversiones
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Todo en cuestión

Juan Ignacio Crespo

Al comenzar 2009, los augurios para los fondos de inversión libre no son mejores de lo que han sido los hechos en el último año y medio. Aunque la crisis crediticia se inauguró con ellos (fondos de Bearn Stearns quebraron en junio de 2007), durante muchos meses ocuparon un segundo plano, mientras los problemas se centraban en la banca de inversión o en áreas de la banca comercial que implantó su modelo de negocio.

Posteriormente, entre sus malas rentabilidades por un lado (síntoma del fracaso de unas estrategias que se suponía que habrían de proporcionar rentabilidades más o menos estables) y la mala prensa que les ha granjeado Bernard Madoff por otro, los hedge funds no han dejado de ser noticia por las más variadas razones: desde los reembolsos masivos que efectúan sus partícipes hasta las barreras que los gestores están oponiendo a esos reembolsos o el permanente debate sobre sus excesivas comisiones.

En el mundo de los 'hedge funds' todo ha cambiado menos el nombre. Quizá también cambie éste en 2009

Todos estos temas de debate y otros más van a seguir vivos en 2009, al paso que el volumen global gestionado a través de ellos no para de disminuir (en parte, por la desvalorización que la caída del precio de los activos provoca, y en parte, por la salida de clientes) y puede no tardar en quedar reducido a la mitad de lo que era hace un año (cercano a los dos billones de dólares), con lo que el sector de los hedge funds correría el peligro de convertirse en una sombra de lo que era cuando la consultora Mckinsey los incluía en el grupo de lo que llamó un poco pomposamente los nuevos power brokers (una expresión difícil de traducir al castellano, pero que transmite, en esencia, la idea de lo que serían cuatro potencias financieras, siendo las otras tres los fondos soberanos, los bancos centrales de los países exportadores y los grupos de capital riesgo).

Entre otras muchas, la principal dificultad a la que se enfrentan ahora estos fondos es su financiación. Parte del atractivo de la inversión en ellos consistía en que por vía del endeudamiento realizaban inversiones de calibre muy superior al capital aportado por sus clientes. Eso hacía que algunas estrategias de arbitraje que, tomadas operación por operación, no proporcionaban grandes beneficios porcentuales terminaran siendo exitosas al realizarse con enormes cantidades de dinero. Se trataba de algo que todo el mundo conoce: aumentar los beneficios que proporciona el vender un producto que deja muy poco margen por la vía de vender muchas unidades del mismo. Pero ahora la situación ha cambiado de manera radical: los bancos son muy remisos a prestar, y además lo hacen en condiciones mucho más duras, exigiéndole a los hedge funds que aporten garantías superiores para los préstamos.

Todo ha cambiado (o está cambiando) en el mundo de los hedge funds menos el nombre. Quizá 2009 sea el año en que también éste cambie.

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