Si Obama y Jamenei quieren hablar...
Hillary Clinton ha anunciado un nuevo "diálogo" entre Estados Unidos e Irán. Un brioso canal de televisión, que emite en persa desde la BBC, puede mostrar el camino a ambos interlocutores
A las cinco menos cinco de la tarde del miércoles 14 de enero, hora de Teherán, los espectadores iraníes de televisión obtuvieron por fin el canal que deseaban. Emitía noticias nacionales e internacionales con un estilo brioso y profesional. El primer reportaje habló sobre Gaza. Además, el canal informó de los resultados de un sondeo de opinión hecho por encargo especial que indicaba que el 94% de los iraníes cree que su país tiene derecho a obtener energía nuclear de usos civiles, pero sólo el 50% está a gusto con que la República Islámica posea armas nucleares. Luego hubo un programa interactivo llamado Su turno, en el que gente de fuera y de dentro llamaba y enviaba mensajes para discutir la imagen que los iraníes tienen de sí mismos y la que el mundo tiene de Irán.
Los iraníes obsesionados con las conspiraciones no creen que un canal subvencionado por británicos sea imparcial
Lo único curioso de estos programas, hechos por persas, para persas y en persa, era que se emitían desde un estudio de la BBC en el centro de Londres, pagados con dinero del contribuyente británico. El lanzamiento de BBC Persian TV es uno de los proyectos más inequívocamente positivos que he visto desde hace mucho tiempo, y merece la pena pagar hasta el último penique de sus 15 millones de libras de presupuesto anual (el precio aproximado de un tornillo en uno de los misiles nucleares Trident que posee Gran Bretaña). Responde a repetidas demandas de los iraníes de contar con informativos de los que puedan fiarse, en una sociedad confundida tanto por la mentira organizada como por las teorías de la conspiración espontáneas.
El canal de origen británico está vinculado al servicio de radio en persa de la BBC, que existe desde 1940, y a una página web activa e interactiva de la BBC en persa (bbcpersian.com). No sólo utiliza los servicios de noticias de toda la BBC en el mundo, sino que tiene sus propios corresponsales de habla persa en Washington, Jerusalén, Beirut, Islamabad, Estambul, Dushanbe y Kabul (el propósito es llegar también a la población de lengua persa en Afganistán y Tayikistán).
Son muchas las dificultades, empezando por el hecho de que las autoridades iraníes no permiten que BBC Persian envíe informaciones desde Irán. Cuando visité los estudios hace unos días, los responsables editoriales me dieron a entender que obtener y verificar las noticias no es un problema, porque ya cuentan con numerosas y buenas fuentes de información en el país, pero que obtener imágenes propias es muy difícil. Las autoridades iraníes, como era de esperar, ya han acusado al canal de ser un instrumento de "espionaje y guerra psicológica", así que existe el riesgo de que traten de intimidar a algunos de sus colaboradores dentro del país. Y se avecina una prueba de fuego política: ante las elecciones presidenciales que se celebrarán en Irán este verano, ¿será capaz el nuevo canal de obtener informaciones veraces y, al mismo tiempo, mantener los niveles de exactitud, limpieza e imparcialidad de la BBC?
La afirmación de que ésta es una siniestra trama del Gobierno británico encaja en una rica veta de paranoia popular a propósito de Gran Bretaña. Se trata de la corriente que piensa que los británicos son siempre los que manejan las cuerdas de todo lo que ocurre en Irán. En otros tiempos, muchas veces, esas sospechas tenían cierta base de verdad, desde la rivalidad del siglo XIX con Rusia hasta el derrocamiento del líder laico izquierdista Muhammad Mossadegh a principios de los cincuenta, pero hoy en día la influencia de la pérfida Albión es un 95% mito y sólo un 5% realidad. Un diplomático británico que conozco suele decir, en broma, que Irán es el último lugar de la tierra en el que Gran Bretaña sigue siendo una superpotencia.
Los iraníes obsesionados por las conspiraciones no son los únicos a los que cuesta creer que un canal de televisión subvencionado por el contribuyente británico, a través del Ministerio de Exteriores británico, pueda ser verdaderamente independiente. "Quien paga manda". Pero el World Service de la BBC, que supervisa el canal persa, tiene un sólido historial que desbarata esa idea, sobre todo en los últimos decenios. El jefe actual del World Service, Nigel Chapman, dice que nunca le ha llamado ninguna persona del Gobierno para intentar violar la clara independencia editorial de la empresa y que, si recibiera una llamada así, su respuesta sería breve y probablemente impublicable.
Más peligrosa es la posibilidad de que el servicio de noticias pueda caer en la trampa de los conflictos entre distintas facciones iraníes, que en el exilio, con frecuencia, se magnifican, o que parezca que respalda a un grupo concreto o una línea de partido determinada. Los periodistas de BBC Persian con los que hablé tienen claro que quieren evitar ese peligro.
Por el contrario, quieren ofrecer a los espectadores persas algo que no han tenido nunca, un intento sostenido de ofrecer un reflejo imparcial de su realidad, incluidas las propias opiniones de los espectadores, tanto en el aire como en la red. El responsable de lo que en la jerga de los nuevos medios se llama "contenido generado por los usuarios", Sina Motalebi, tenía un blog en Irán, y en 2003 pasó tres semanas incomunicado en prisión por sus esfuerzos. Me habló de forma apasionada sobre la emisión responsable, libre por igual del control iraní y del control británico, de los debates más importantes que están desarrollándose en la hiperactiva blogosfera iraní. Es decir, ésta no es meramente una ventana de los iraníes al mundo; es una ventana a sí mismos.
Si el servicio en persa consigue cumplir estos nobles ideales, sus posibilidades son inmensas. La única competencia seria en estos momentos es la televisión persa de Voice of America, la cadena con sede en Washington, que, según dicen expertos estadounidenses e iraníes en programación internacional, es un ejemplo de manual de cómo no hacer las cosas, porque ha sido al mismo tiempo portavoz sin disimulos del Gobierno de Bush, voz tendenciosa de unos sectores concretos del exilio, y aburrida.
BBC Persian aspira a tener entre 8 y 10 millones de espectadores en Irán en el plazo de tres años. Sus responsables hacen la interesante observación de que, en Irán, escuchar la radio de onda corta es dominio exclusivo de los hombres. Ahora confían en que las mujeres y las familias enteras puedan participar en la conversación, cuando la BBC llegue a sus cuartos de estar.
Es un proyecto periodístico a largo plazo, no un proyecto político inmediato. Pero es de imaginar el enorme impacto político que tendrá el hecho de ofrecer informaciones, análisis y reportajes nacionales e internacionales de calidad (incluidos documentales hechos por cineastas independientes en Irán), además de un lugar para que los iraníes hablen entre sí. Abbas Milani, un destacado especialista en Irán de la Universidad de Stanford, ha llegado a decir que, "si esto hubiera existido hace 10 años, Irán podría ser hoy un lugar distinto". Es posible que, dentro de 10 años, lo sea.
Porque, por una de esas casualidades de la vida, este canal empieza su andadura en el mismo momento en el que Estados Unidos se dispone a cambiar su política contraproducente de no diálogo con Irán. Todavía está por ver cómo será el "diálogo" prometido recientemente por la secretaria de Estado electa, Hillary Clinton, en nombre del presidente electo Barack Obama. No será fácil, puesto que el programa nuclear iraní ha progresado durante el mandato de Bush e Irán se ha visto fortalecido por la guerra de Irak; puesto que el régimen iraní se resistirá a abandonar el antiamericanismo estructural que lo sostiene desde la revolución islámica de 1979; y puesto que ambas partes carecen de presencia oficial en el otro país desde hace 30 años.
Pero, por lo menos, ahora, si Obama y Clinton quieren averiguar lo que de verdad ocurre en Irán y el ayatolá Ali Jamenei -líder supremo- y el presidente Mahmud Ahmadineyad quieren descubrir lo que hay detrás de la política exterior estadounidense, siempre podrán ver la BBC. -
www.timothygartonash.com. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.