"No he tenido tiempo para inventar"
La apuesta de Juan de Dios Román por Valero Rivera (Zaragoza, 1952) viene de lejos. En 2003, cuando era director técnico de la Real Federación Española de Balonmano (RFEB), eligió al entonces entrenador del Barcelona para que dirigiera al equipo nacional en el Campeonato del Mundo de Suecia. Rivera perdió la clasificación para las semifinales a 10 segundos del final del partido contra Suiza. Ahora que Román es presidente de la RFEB, el regreso del preparador más laureado a la selección estaba cantado. Rivera dejó el Barça en 2005 con un botín de 70 títulos, entre ellos seis Copas de Europa y 12 Ligas. En el Mundial de Croacia, que empieza hoy, vuelve a sentarse en el banquillo español tres años después.
"He vuelto a sentir la pasión por entrenar. Quiero estar en unos Juegos Olímpicos"
"Pido una entrega absoluta y una actitud ejemplar. Es prioritario pensar en el equipo"
"Barrufet sigue siendo el número uno. Tiene el reconocimiento de todos y me ayudará"
Pregunta. Su apuesta por la juventud es clara.
Respuesta. Absoluta. Vamos a luchar por todo y a intentar ganar. Pero también pensando que estamos en un ciclo olímpico y que el objetivo es llegar a los Juegos de Londres con un equipo hecho. El 80% o más incluso de estos jugadores puede formar parte de la selección en 2012. Entonces habrán adquirido la experiencia que quizás ahora les falta.
P. ¿Le costó prescindir de jugadores que parecían intocables?
R. No. Pensé qué jugadores necesitaba para aplicar mis ideas en la pista y por mi forma de trabajar y decidí.
P. ¿Qué les pide?
R. Entrega absoluta y actitud ejemplar. Estoy encantado porque se lo dejan todo en la pista y piensan siempre en el equipo. Es prioritario que se busque siempre lo mejor para la selección.
P. ¿Cuáles son sus planteamientos fundamentales?
R. Siempre me ha gustado que se defienda con profundidad para que los ataques rivales sean cortos y poder optar rápidamente al contraataque.
P. En el Barça cambiaba poco las plantillas y trabajaba cada día con los mismos jugadores. En la selección eso es imposible.
R. Es cierto. Por eso he debido adaptarme. Lo que he hecho es marcar claramente los carriles para el contraataque y señalar muy bien las posiciones de partida de cada jugador. Con ello busco minimizar los errores, mecanizar las cosas en lo posible. Y en el ataque organizado me he basado en las jugadas que todos ellos están realizando ya en sus clubes. No podíamos inventar. No he tenido tiempo todavía de aplicar mis sistemas [Rivera se responsabilizó de la selección a finales de diciembre, cuando Román fue elegido presidente].
P. ¿Lamenta la pérdida de Uríos, una pieza fundamental en las últimas selecciones?
R. Resolvía los partidos. Podía cambiar el signo de un encuentro. Claro que me habría gustado tenerle. Pero está lesionado y no he podido contar con él. Por tanto, ni siquiera he pensado en él. También Malmagro, que es uno de los pocos zurdos, se lesionó en los entrenamientos y tuve que prescindir de él. Esas cosas ocurren.
P. Sus equipos siempre se han basado en una gran portería y una buena y agresiva defensa.
R. Ésa es mi forma de pensar. Para mí, la figura del portero es fundamental y en España estamos bien cubiertos. Si el portero para, se enlazan los contraataques y todo va muy rápido. Todo el espectáculo mejora.
P. ¿Por qué recuperó a Barrufet, que había anunciado ya su adiós?
R. Ante todo, porque creo que sigue siendo el número uno en la portería. Es un jugador que impone por su envergadura y su calidad. Y se engrandece cuando para. Además, hemos estado juntos muchos años y tenemos una gran relación. Tiene el reconocimiento de todos sus compañeros de la selección y un peso específico muy grande en el vestuario. Sé que puede ayudarme mucho en la relación con los jugadores como capitán. Le agradezco que reconsiderara su decisión aunque sea sólo para este Mundial.
P. Personalmente, ¿supone un nuevo reto ser seleccionador?
R. Sentarse en el banquillo siempre es un reto. Le dije que sí a Juan de Dios porque volvía a tener ganas de entrenar. Hacía tiempo que eso no me ocurría. Cuando veía perder a un equipo, mi pensamiento se dirigía siempre a lo mal que lo estaría pasando su técnico. Pero desde hace un año comencé a imaginar qué haría yo para que aquel equipo mejorase. Volví a sentir la pasión de entrenar. Otro elemento básico en mi decisión es que quiero estar en unos Juegos. Nunca estuve en ellos como jugador. Sin la perspectiva de los Juegos de Londres, sólo para el Mundial de Croacia, no habría ido a la selección. El acuerdo es para todo el ciclo olímpico.
P. ¿Qué necesita España para ganar?
R. Estamos en un grupo difícil. Es importante que ganemos a Suecia y Corea del Sur. Pero para estar en las semifinales deberemos superar al anfitrión, Croacia
o a Francia, campeón olímpico y, para mí, el mejor equipo.
P. Siempre ha tenido fama de ser muy duro. ¿Cree que en la selección puede aplicar los mismos métodos disciplinarios que en el Barcelona?
R. No, pero hay algunas exigencias fundamentales. He exigido puntualidad y respeto por el trabajo de los compañeros y del equipo. Los temas de comportamiento los discutiremos con Barrufet según vayan surgiendo.
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