La policía captura al supuesto cerebro del desembarco de cocaína en Muxía

El cambadés Juan Carlos Fernández Cores, de 39 años, más conocido como El Parido, fue detenido en la madrugada del martes como presunto responsable del transporte desde Venezuela de casi 4.000 kilogramos de cocaína apresados en Muxía, el pasado domingo. Agentes del GRECO (Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado) llevaban meses siguiendo de cerca los movimientos de El Parido, considerado uno de los narcotraficantes más relevantes de la última generación que operaba desde las Rías Baixas.

Fernández Cores fue arrestado en su domicilio de Cambados. No tiene antecedentes por narcotráfico a pesar de haber dirigido importantes descargas de cocaína en los últimos cinco años. En este tiempo, el supuesto cerebro del frustrado desembarco de Muxía logró vertebrar su propia organización y contó para ello con expertos marineros que ya habían formado parte de otras bandas desarticuladas por la policía. En los primeros registros practicados en naves industriales de Catoira y Sisán (Cambados), los agentes localizaron cuatro planeadoras semirrígidas de más de 10 metros de eslora.Los modelos de planeadoras localizadas por la policía - además de varios motores de gran potencia- son similares a la que se empleó en la frustrada descarga de Muxía, lo que da una idea de la infraestructura con la que contaba la organización de Fernández Cores para operar en el narcotráfico. La lancha que transportaba el cargamento de cocaína intervenido era tripulada por tres vecinos de Cambados que trabajaban para Fernández Cores. Los participantes en la operación desembarcaron en Cala Armela, en Loureiro-Muxía, y poco después incendiaron la planeadora en Aguiño (Ribeira).

Tras la localización del alijo, Andrés García Gesto, actual dirigente del ya histórico clan de Os Lulús, fue el primero en caer en manos de la policía. Su misión era la de organizar la segunda fase de la operación, descargar y esconder la mercancía, pero estos movimientos fueron abortados a contrarreloj por las fuerzas de seguridad. Fue una intervención policial impecable que comenzó hacia las cinco de la madrugada del domingo. La planeadora, con seis potentes motores, regresaba de recoger la droga a un pesquero en altamar, cuando fue avistada por un avión de reconocimiento de la policía. Según el plan previsto, el alijo iba a descargarse en Ribeira, pero al iniciarse la persecución de la lancha, por efectivos marítimos y aéreos de la Agencia Tributaria, los tripulantes se desviaron a Muxía.

Juan Carlos Fernández y su socio, Andrés García Gesto, se iban a repartir una de las mitades del suculento botín, cuya venta hubiera generado unos beneficios de más de 110 millones de euros. La otra mitad iba a ser entregada en Madrid a los colombianos que operan para el cartel que envió el cargamento.