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HISTORIAS DE UN TÍO ALTO | NBA
Columna
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Wade y la fábrica de publicidad

Desde que los adopté como mi equipo favorito de la NBA, mis Bucks de Milwaukee van 2-2. No es un mal comienzo, teniendo en cuenta el efecto que suelo tener sobre mis equipos favoritos. Mis City Royals de Kansas (eso es béisbol) han tenido, para ser exactos, un único récord de victorias en los últimos 15 años. Estoy acostumbrado a perder (ojo, posibles contratadores, como espectador).

Hay un problema con mis nuevos favoritos. Podría pensarse que, al estar en Estados Unidos, ver los partidos de baloncesto de la NBA sería una tarea fácil, pero no lo es; al menos, si nos referimos a ver partidos interesantes. Por supuesto, mi definición de interesante suele entrar en conflicto con la definición de interesante establecida por el 95% de la humanidad.

Por ejemplo, hace unas cuantas noches, los Heat de Miami jugaron contra los Nuggets de Denver en la televisión nacional. Yo era el anfitrión de una partida de póquer e hice que mis amigos sintonizasen el canal, aunque ninguno de ellos podría haber nombrado a más de dos jugadores de cada equipo. Confiaba en que el partido se retransmitiría porque estaban Carmelo Anthony y Dwyane Wade. Afortunadamente para la estética del partido, Anthony no jugó, lo que significaba que sólo quedaba un equipo con una superestrella a la que poder mirar lanzando el balón más veces de las que debería y, en última instancia, perder. Claro que Wade es un jugador de baloncesto realmente bueno. Y supongo que los momentos emocionantes que crea en los partidos son moderadamente entretenidos. Pero los partidos que juega su equipo están lejos de ser divertidos de ver. Aun así, los Heat seguirán apareciendo en la televisión, aunque sólo sea por Wade.

De verdad que no entiendo este fenómeno. Los que se encargan de la programación de televisión deben de pensar: "A la gente sólo le importan las estrellas". Yo me muevo entre la gente. Casi a diario, de hecho. A veces, incluso hablo con ella. A la gente de Kansas City, y de San Luis, y de Omaha..., las estrellas le son completamente indiferentes. Cuando ven un acontecimiento deportivo, quieren divertirse. Ver a un jugador enfrentándose a cinco no suele ser divertido.

Desgraciadamente, no sé cómo conseguir que haya cambios en este departamento. ESPN no va a modificar su programación televisiva porque a mí me fastidie el tener que ver a los Heat de Miami más que, por ejemplo, a los Bucks de Milwaukee. Pasarán cinco años antes de que entiendan que hay un motivo por el que el mercado no va a patrocinar más baloncesto en la televisión. Mientras tanto, tendré que ver a Dwyane Wade, oír a los anunciantes hablar sobre Wade y, finalmente, escribir sobre Wade, aunque sólo sea porque la misma gente que está leyendo esto piensa que debería leer sobre Wade, puesto que la gente que comenta los partidos le ha dicho que debería desear saber más sobre Wade...

Bueno, ya saben lo que quiero decir. Dwyane Wade es interesante. Los Bucks de Milwaukee, no.

¿Ven lo fácil que resulta esto del lavado de cerebro? Hasta han conseguido que yo, ¡yo!, esté escribiendo esto. Esa máquina publicitaria de la NBA es alucinante.

Dwyane Wade machaca el aro ante Martin y Udrih.
Dwyane Wade machaca el aro ante Martin y Udrih.AP

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