Dedales y diamantes
Considerado el séptimo de 'Los seis de Amberes', el modista Martin Margiela expone en el MoMu. Sus patrones revolucionaron la moda hace 20 años, poniendo así en boga a la capital de los quilates
Cinco siglos atrás, era una de las principales metrópolis de Europa gracias a su puerto. Pero el cierre por un dique, en el siglo XIX, de la vía que fluye hacia la vecina Holanda la sumió en un profundo letargo, del que ha despertado. No podía ser de otra forma. Cuna de Rubens, uno de los genios de la pintura; capital mundial del diamante (7 de cada 10 tallados proceden de allí), y meca de la moda belga, que gestó en los ochenta un grupo de jóvenes diseñadores, Los seis de Amberes (un shopping map, mapa de compras, se consigue en las oficinas de turismo, o se descarga en www.antwerpen.be). La segunda ciudad de Bélgica (tras Bruselas) y la mayor de Flandes se ha convertido en una de las diez más interesantes del mundo en el último año. Así lo atestigua la guía de viajes de Lonely Planet. ¿Será verdad? Descubrámoslo.
9.00
Dado que son una de las señas de identidad de Amberes, iniciamos la visita por el barrio del diamante. Tras salir de la Centraal Station
(1), calificada como catedral del ferrocarril por su majestuosidad, nos dirigimos al triángulo Appelmansstraat-Rijfastraat-Vestingstraat, que acoge las más afamadas joyerías: Katz, Philippe-Harold y Diamondland (2)
(Appelmansstraat, 33-A; www.diamondland.be; 0032 32 29 29 90; de lunes a sábado, de 9.30 a 17.30), que es la mayor sala de exposición de diamantes de Amberes. A las 11.00 hacen visitas guiadas y en 15 minutos pueden engastar el elegido por el cliente. Quien no tenga interés en comprar pero sí en conocer más en profundidad esta joya tiene muy cerca el Museo Provincial del Diamante (3) (Koningin Astridplein, 19-23; www.diamantmuseum.be; 0032 32 02 48 90; todos los días, de 10.00 a 17.30, excepto miércoles y enero; entrada, 6 euros). Hay una exposición permanente con réplicas de joyas históricas (algunas, de la Corona británica), espacios interactivos y un taller artesanal donde puede verse cómo pulen el diamante en bruto.
11.00
En perpendicular a Centraal Station se llega a Meir
(4), la gran arteria comercial, donde cohabitan las principales boutiques internacionales. A destacar Stadsfeestzaal
(5) (Meir, 78-202), antigua Sala de Festivales Municipales transformada en centro de lujo, con la champañería Laurent-Perrier (copas a 11 euros). Un desvío a mitad de Meir conduce a Rubenshuis (6)
(Wapper, 9-11; www.rubenshuis.be; 0032 32 01 15 55; de martes a domingo, de 10.00 a 17.00; entrada, 6 euros). El genial pintor adquirió esta casa en 1610 y la transformó en su taller-hogar. Hoy es un museo que exhibe una decena de sus lienzos, mobiliario de la época y un jardín renacentista. De camino al centro, dos tiendas a tener en cuenta en la misma calle: Goossens (7) (Korte Gasthvisstraat, 31; 0032 32 26 07 91), la panadería más antigua, que desde 1884 fabrica el Roggeverdommeke, pan de centeno con pasas. Y Burie
(8) (Korte Gasthvisstraat, 3; www.chobel.be; 0032 32 32 36 88), chocolatería que destaca por la fantasía de sus bombones, uno en forma de diamante, ¡faltaría más!
13.00
En Bélgica se come más pronto que en España y ya es hora de buscar un lugar apropiado. Casi delante de la catedral hay una excelente brasería, Appelmans
(9) (Papenstraatje, 1; 0032 32 26 20 22), donde sirven un original filete de avestruz (16,50 euros). Tras ella, un santuario culinario kitsch, Het Elfde Gebod
(10) (Torfbrug 10; 0032 32 89 34 66), decorado con más de 400 imágenes religiosas. Puede degustarse un witloof, endivias con jamón al horno (12 euros), y escoger entre una cuarentena de cervezas, como la Kwak, que se bebe en un vaso alargado de fondo redondeado y soporte de madera. Otra alternativa es De Vagant
(11) (Reyndersstraat, 25; 0032 32 33 15 38), café-restaurante y ginebrería. Tienen más de 400 variedades, y algunas datan de siglo XVII.
14.30
Saciado el apetito, entramos en la catedral de Nuestra Señora
- L (Handschoenmarkt; de lunes a viernes, de 10.00 a 17.00; sábados, hasta las 15.00, y domingos, de 13.00 a 16.00; entrada, 2 euros), el mayor templo gótico (siglos XIV a XVI) de los Países Bajos. Por fuera destaca su torre de 123 metros. Por dentro, el púlpito, sus vitrales y dos obras maestras de Rubens en trípticos: La erección de la cruz (1609), a la izquierda del altar, y el genial El descendimiento (1612). A un paso está la Grote Markt (13), sede del Ayuntamiento, con su fachada renacentista y una cuarentena de puertas. En el centro, una fuente en honor de Bravo lanzando la mano del gigante abatido, acción que, según la leyenda, da nombre a Amberes.
16.00
Ligeramente al sur de Grote Markt, el Plantin-Moretus
(14) (Vrijdagmarkt, 22-23; 0032 32 21 14 50; de martes a domingo, de 10.00 a 17.00; entrada, 6 euros) recoge el legado del primer impresor industrial del siglo XVI; reliquias de la difusión cultural escrita que suenan a prehistoria en plena era digital. Y el MoMu (15) (Nationalestraat, 28; www.momu.be; 0032 34 70 27 70; de martes a domingo, de 10.00 a 18.00; entrada, 7 euros), de sugestiva estética, que presenta la moda belga y hace muestras temporales (hasta el 8 de febrero, una dedicada a Martin Margiela).
18.00
Cerrados ya museos y boutiques, es hora de pasear. La Groen Plaats (16) no hace honor a su nombre (plaza verde), toda de cemento y presidida por la estatua del omnipresente Rubens (1840). Bullicioso punto de encuentro, en su esquina noroeste vale la pena dejarse tentar por las sabrosas patatas de Max (17), que desde 1842 se fríen con mimo, a 2,35 euros el cucurucho. Siguiendo por Suikerrui, se llega al puerto, sobre el Escalda. Allí podemos ver el Steen (18), fortín del siglo XII, o desfilar por una pasarela junto al río. Al final hay un café-restaurante muy fashion con terraza panorámica: Zuiderterras
(19) (0032 32 34 12 75; www.zuiderterras.be).
20.00
Para vivir la noche, nos dirigimos al sur, Zuid
(20), la zona más cool. El tranvía 8, desde la Groen Plaats, lleva hasta su corazón, el Museo Real de Bellas Artes (Leopold de Waelplaats; www.kmska.be; entrada, 6 euros), pero hay que llegar antes de las 18.00 si se quieren ver al menos las tres salas de Rubens. Una cena rápida en Funky Soul Potato (Volkstraat, 76) o más relajada en la brasserie Den Artist (Museumstraat, 45; 0032 32 38 09 95) antes de ir de marcha por Den Hopper (Leopold de Waelstraat, 2), templo del jazz, o al King Kong (Volkstraat, 58).
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