Una carrera con muchas trampas

A medida que se acerca el día, cada vez estoy más seguro de que este próximo Dakar es una carrera trampa. Mucha gente cree que, por aquello de haber aparcado África y aterrizado en Suramérica, la edición de este año será como salir de excursión. Pobre del que piense así porque lo más probable es que no llegue ni a la mitad del recorrido. La realidad es opuesta a este planteamiento y probablemente éste será el Dakar más duro y con más tralla de los últimos tiempos.

Mientras que en las ediciones africanas las tres primeras etapas eran de paseo, con zonas espectáculo y podios para la galería, aquí la tontería se nos va a pasar el primer día, puesto que nos daremos de frente con un chorizo de 700 kilómetros, 370 de los cuales serán cronometrados. Los podios para el público se harán el día previo a la salida, de manera que desde el momento en que arranquemos estaremos metidos en el lío.

Echando un vistazo a las distancias que tenemos que cubrir cada día, uno percibe la extrema dureza de la carrera. El recorrido medio diario ronda los 600 kilómetros. Después de los 700 de la primera etapa, la segunda consta de un tramo de 237, tras los que completaremos otros 600, de enlace -como ir de Barcelona a Madrid por la cuneta-, que se harán mucho más duros que los cronometrados debido a la relajación cuando el reloj no aprieta.

Las etapas que transcurren por Argentina (las primeras) son nuevas para casi todos. Lo que sí conocemos los habituales de los raids es la zona de Chile porque por ella ha transcurrido el Rally por las Pampas. En este territorio, avanzar metros cuesta una barbaridad. Hay sitios en las que te encuentras hasta tres cruces en cada kilómetro con el riesgo de pifiarla que conlleva. Tras el día de descanso, hay etapas de mucha navegación, con tramos muy técnicos. En ellas se marcará la selección de los pilotos que optarán a ganar, sobre todo las de Copiapo-Copiapo (13 de enero) y Copiapo-Fiambala (14).

A diferencia de lo que ocurría en África, en donde conocíamos perfectamente el tipo de terreno que íbamos a encontrarnos y cómo afrontarlo, el recorrido por Suramérica tiene muchas más variantes. Hay etapas rápidas, aunque pocas, y también días en los que circularemos a más de 3.000 metros de altura, con los efectos que ello causa tanto en las personas como en las mecánicas. Tras el descanso, hay una etapa con 666 kilómetros de especial, básicamente de arena, que será un calvario. Además, todo lo anterior se amplificará por el tremendo calor que nos achicharrará a todos los participantes.

Para la victoria estarán los de siempre. [Marc] Coma y [Cyril] Desprès son los dos que tienen más posibilidades de jugársela en la división de motos, como ya ha ocurrido en las últimas dos ediciones, mientras que en la de coches habrá que ver cómo funciona el nuevo Mitsubishi de [Stéphane] Peterhansel y Nani [Roma] en relación con el Volkswagen de [Carlos] Sainz y [Giniel] De Villiers. Habrá mucha pista, en la que Sainz y Nani podrán demostrar las buenas manos que tienen. En coches, la cosa estará muy ajustada y no pasará como en África, donde había la típica etapa en la que Peter les metía un boquete de media hora a todos, se destacaba en la clasificación general y sentenciaba la carrera.