Remontada en seis minutos

El Valladolid vivía una tarde plácida. Había marcado tres goles, por quinto partido consecutivo, peleando contra el rival y la pista de patinaje que era el área del Numancia en la segunda mitad. Pero el equipo de Soria tocó la corneta y arremetió contra la meta de Justo Villar. Eran los minutos del Numancia, los mismos que le dieron victorias contra el Espanyol, el Betis o el Racing. El Valladolid no lo vio venir. Se habituó a su superioridad en el marcador y el césped, a controlar la posesión de forma despótica y a esperar el final del partido con su espléndida racha casi intacta.

El partido había comenzado loco porque el gol del Numancia lo había dejado sin dueño. Nadie echaba el cuero al piso y el Valladolid, poco acostumbrado a un ambiente tan directo, se extravió. Sobre todo, perdió la referencia de Pedro León, el encargado de poner en el área el aroma del gol. Aun así, tuvo tiempo de mandar un balón al palo y de fallar a puerta vacía antes de que Pedro León regresase al choque para adueñarse del duelo y colocar al Valladolid al borde de la goleada. Un gol de Vivar, otro de Goitom y... las vacaciones más cerca con un puñado de puntos y 15 goles en los últimos cinco encuentros.

En ésas, apareció Del Pino, a seis minutos del final, para rematar un saque de esquina, un revuelo en el área. La distancia era mínima y el Valladolid sentía la amenaza del empate. Kresic, el técnico numantino, colocó en el campo todo lo que tenía. Aranda cabeceó el empate a centro de Brit y, cuando el partido se terminaba, con el Valladolid perplejo, llegó la última falta, escorada. La defensa se enredó a la hora de achicar y Brit, al límite del fuera de juego, remató una remontada tremenda.