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Reportaje:16ª jornada de Liga

Trifulca en la Real Sociedad

Aperribay, nuevo presidente, es escoltado por la Ertzaintza tras la destitución de Badiola

Probablemente, lo sabía antes de llegar el sábado al velódromo de Anoeta, pero, por si había alguna duda cuando entró, Iñaki Badiola vivió su último minuto de gloria con la Real Sociedad y el primero como ex presidente de un club que se desangra sin remisión. Cuando llegó, los aplausos le garantizaron una hinchada fiel y un final a lo Chávez. Cuando se recontaron las acciones presentes y representadas, Badiola sabía que había perdido: los presentes, sus fieles, los irreductibles, apenas sumaban 15.000 frente a las 55.000 que figuraban en representación de lo que Badiola llama despectivamente "las grandes familias" o "la oligarquía de la Real". Por eso su discurso de media hora fue incendiario. Un relato iracundo contra todos en general y en particular (Diputación, Kutxa, medios de comunicación, Manuel Malvido, el mayor accionista individual; Luis Miguel Arconada y un largo etcétera). Badiola sabía que era su última intervención en aquella tribuna y decidió despedirse a la tremenda, como llegó.

El club guipuzcoano ha tenido seis dirigentes en los últimos siete años

El problema fue que con un discurso tan iracundo creó el caldo de cultivo necesario para un final violento que clavó el penúltimo rejón a una Real angustiada (a pesar de haber ganado unos minutos antes al líder, el Salamanca). Primero, los hinchas de Badiola impidieron hablar a Jokin Aperribay, que encabezaba la lista alternativa y la propuesta de remoción del Consejo presidido por Badiola. Lo que quizás no se esperaba el empresario guipuzcoano es que, una vez elegido presidente con el 56% de las acciones, tuviera que salir escoltado por la Ertzaintza. Unos centenares de hinchas de Badiola esperaron al nuevo Consejo (formado por 13 personas) para increparlas y tuvieron que ser dispersadas a media noche por la policía autonómica. El nuevo presidente, Aperribay, ya vivió un episodio más lamentable en 1989, cuando un comando de ETA intentó secuestrar a su padre sin conseguirlo, pero asesinó al chófer de su empresa.

El espectáculo final de la Junta fue lamentable, aunque la tensión parece haberse instalado en la Real definitivamente. El mandato de Badiola se cierra con once mese de ejercicio en el que se ha convertido en el tercer acreedor de la entidad, ha tenido que acceder a la Ley Concursal para hacer frente a una quiebra técnica y se ha enfrentado a instituciones y medios de comunicación, ex futbolistas, entrenadores, directores deportivos, amén de denunciar al Málaga por amañar un partido con el Tenerife y tener en marcha una denuncia de varios ex presidentes realistas a los que acusó de doble contabilidad y de gastos sin declarar.

Aperribay tiene un objetivo fundamental: "Nos estamos jugando ser como el Oviedo o el Logroñés". Fue la forma dulce de traducir lo que los administradores concursales califican de serio riesgo de desaparición de la Real. La normalidad ha desaparecido: Aperribay es el sexto presidente en los últimos siete años.

Jokin Aperribay (en el centro) es protegido por los <i>ertzainas</i> tras ser elegido presidente.
Jokin Aperribay (en el centro) es protegido por los ertzainas tras ser elegido presidente.JAVIER HERNÁNDEZ

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