El equipo 10
El Barça protagoniza el mejor inicio de Liga tras remontar en Vila-real en un gran partido - El Madrid anuncia el fichaje del francés Lassana Diarra - Aprietan el Atlético y el Deportivo con sus goleadas
A día de hoy, el Barcelona es el equipo 10 de la Liga. Nadie merece mejor nota y 10 son precisamente los puntos que le saca al segundo del campeonato cuando llega el parón navideño, momento para recapitular y cantar el honorífico alirón de campeón de invierno, después de protagonizar el mejor arranque en la historia del torneo desde que las victorias valen tres puntos, un inicio sólo igualado por el Madrid de la temporada 1960-61.
Los azulgrana culminaron en el cuadrilátero de El Madrigal una serie irreprochable: Sevilla, Valencia, Madrid y Villarreal han cedido de forma consecutiva ante el fútbol pletórico del equipo de Guardiola, imparable en el ataque (11 goles) y sólido en la defensa (uno), dominador de cuantas clasificaciones se conocen para medir el juego. Ningún triunfo tiene, en cualquier caso, más valor que el alcanzado en Vila-real después de un partido espléndido.
Intenso y vertiginoso, más incluso que el mejor litigio que se pueda librar hoy en el campeonato inglés, el enfrentamiento tuvo el color y el buen gusto del torneo español. Pocas veces el Barça había sido tan exigido. El Villarreal le jugó con nervio, atrevimiento y pureza. El gol exquisito de Cani avaló su plan futbolístico, muy alejado, por ejemplo, del espíritu de resistencia exhibido por el Madrid en el Camp Nou. La respuesta del Barça, sin embargo, resultó tan gratificante para sus aficionados como disuasoria para sus perseguidores: remontó el partido con determinación y después salvó el resultado con un futbolista menos por expulsión de Piqué. Así las cosas, el buen despliegue del Villarreal agrandó el triunfo del Barça, imperfecto a veces, agraciado casi siempre, generoso incluso en los amistosos, muy por encima también de cualquier adversario por el momento.
El intercambio de golpes fue rápido y continuo en un partido sin tregua, hasta el punto de que el espectáculo sobrepasó a Messi, más noticia de nuevo en la previa que durante la refriega. Al rescate azulgrana acudieron futbolistas de raza como Alves, exquisitos del calibre de Xavi o profundos como Henry, autor del gol de la victoria. Efectivos, ambiciosos y agresivos, a los azulgrana no les valía el empate ni siquiera en uno de los feudos más complicados, El Madrigal, donde había perdido cinco de sus últimos seis encuentros.
La suya fue una actuación irreprochable desde el punto de vista numérico y también moral, sobre todo porque el Madrid intenta rearmarse como en los tiempos de Fabio Capello, con aquel eslogan del "juntos podemos", después de tumbar al Valencia con una actuación pletórica del desequilibrante Robben. Asegurado el desborde, Juande Ramos intenta que el equipo se equilibre con jugadores como Lassana Diarra, cuyo fichaje fue confirmado ayer por el club madridista.
Queda demasiada Liga para rendirse, lo que, por lo demás, no ha hecho en su vida el club blanco. Tampoco ahora en un momento en que los perseguidores de los azulgrana se amontonan y los goles se suceden sin parar en la mayoría de los campos. Ayer se contaron siete en Pamplona y Soria y, entre el sábado y el domingo se macaron cinco en Montjuïc y A Coruña. Aprieta el Atlético, acelera también el Deportivo y al Valladolid no le alcanzaron ayer los tres tantos de cada partido, y van cinco, para puntuar en Los Pajaritos, terreno propicio para las gestas numantinas. Hasta el colista Osasuna quiso ponerse a la altura del líder y se felicitó por un triunfo rotundo. Un parón no vendrá mal para tomar aire.
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