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Reportaje:

Gobiernos contra natura

Una veintena de ayuntamientos españoles está regida por una coalición entre el PP y PSOE

Pablo Linde

Los alcaldes no tienen que decidir sobre los matrimonios homosexuales, la financiación autonómica o la composición del Tribunal Constitucional. Quizá por eso sea posible que el PP y el PSOE, que se tiran los trastos en la Federación Española de Municipios y Provincias a cuenta del insulto de su presidente a los votantes de la derecha, se hayan puesto de acuerdo para gobernar juntos en una veintena de localidades. "En una ciudad se trata de gestionar y las ideologías no interfieren", alegan la mayoría de los alcaldes sostenidos por esta alianza.

Desde Cortes de Arenoso, un pueblo castellonense de menos de 400 habitantes, hasta Basauri, una ciudad vizcaína con casi 44.000, hay unos 200.000 españoles que viven en localidades gobernadas por coaliciones entre populares y socialistas. Más de la mitad está en Cataluña, donde los dos partidos nacionales se alían normalmente para derrocar el tradicional poderío de CiU. Sin embargo, quienes participan en los pactos descartan que formen bloques anti nacionalistas.

La socialista Amparo Piqueras, alcaldesa de Sant Vicenç dels Horts (Barcelona, 27.106 habitantes) tiene experiencia gobernando con apoyo del PP. Empezó en 2003, cuando el PSOE le arrebató la alcaldía a ICV. "Lo natural habría sido un pacto de izquierdas, pero ni ellos esperaban perder ni asumieron la derrota. Fue imposible gobernar con Iniciativa y acudimos a los populares. Durante todo el mandato las cosas fueron muy bien, y cuando ganamos en 2007, lo reeditamos", explica. Desde entonces, los nueve regidores socialistas cuentan con el apoyo del único popular, que les da la mayoría absoluta. Forma parte del Gobierno local y, aunque está rodeado de adversarios políticos, "es uno más", dice la alcaldesa.

Los pactos pueden venir de rebotes políticos como el anterior o de simples animadversiones. Una trabajadora del Ayuntamiento de Cortes de Arenoso reconoce que el concejal del partido independiente no tiene buena relación con los del PP y el PSOE. Con tres concejales cada uno, tuvieron que ponerse de acuerdo para no depender del tercer grupo, aunque la alcaldía fue a parar a los socialistas porque tenían mayor número de votos.

Pero hay decisiones más salomónicas. En Corral de Calatrava (Ciudad Real, 1.260 habitantes) llegaron a un pacto ante el empate de ambos partidos: entre 2009 y 2007 está al frente del ayuntamiento el candidato del PSOE, y en la segunda parte del mandato, el poder pasa al popular. Eso mismo hicieron entre 2003 y 2007 los candidatos de las dos grandes formaciones nacionales en Rincón de la Victoria (Málaga, 35.714 habitantes). Los dos alcaldes formaron un matrimonio bien avenido los tres primeros años de la legislatura y fueron marcando distancias en el último, cuando se acercaban las siguientes municipales. Ninguno se llevó el gato al agua en 2007 y un partido independiente se alzó con la alcaldía. Eso sí, con el apoyo del PSOE, que fue infiel a su antiguo socio.

La infidelidad está detrás de la composición del consistorio de Alhama de Murcia (18.996 habitantes). Antes de las últimas elecciones, los ediles del PP dejaron solo a su alcalde, Juan Romero Cánovas. Pasó unos últimos meses de mandato "difíciles" y, en los comicios de 2007, los tránsfugas se presentaron en un partido independiente. Romero volvió a ganar las elecciones con el PP y, para lograr la mayoría absoluta, podía pactar con sus antiguos compañeros o con el PSOE. "Con los socialistas podíamos formar el único Gobierno serio", asegura el alcalde. Desde entonces, cinco concejales de este partido lo apoyan. El candidato del PSOE, José Espada, tampoco se lo pensó: "No nos podíamos fiar de unos tránsfugas. Lo importante es la ciudad".

En eso insisten todos los miembros consultados de estos Gobiernos mixtos. ¿No hay rencillas, piques, discusiones sobre política nacional? "Son cosas distintas, nosotros trabajamos por el pueblo", reiteran. El alcalde de Alhama va más allá: "Creo que sería bueno fijarse en estos acuerdos a otros niveles; las cosas irían mejor".

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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