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Reportaje:16ª jornada de Liga

"Los jugadores estaban confusos"

Juande atribuye la falta de precisión madridista al miedo a recibir un gol

Diego Torres

La derrota en el Camp Nou, ante el Barcelona, sólo sirvió para estimular la propaganda y a cierto sector del vestuario, famoso por su tendencia al oportunismo populista. El efecto sobre la hinchada fue distinto. Ayer, Chamartín estaba apagado como en un partido de la pretemporada. La distancia respecto al equipo azulgrana (12 puntos) y la posición en la tabla clasificatoria (la sexta) aplacaron al público, que acudió al estadio en actitud contemplativa. Por momentos, reinó un silencio extraño. La gente estaba un poco de vuelta de todo. Como quien, tras descubrir lo que hay, se siente seguro para emitir un juicio. Ni los tres puntos conseguidos reprimieron al graderío cuando Juande Ramos, el técnico, sustituyó a Miguel Torres por Marcelo. Los aficionados pitaron. Juande interpretó que la parroquia lo hacía porque su cambio, ante un Valencia en inferioridad numérica por la expulsión de Marchena, era demasiado conservador. Marcelo creyó que le pitaban a él. Todo es posible. Cualquier cosa puede suceder en los alrededores de este Madrid en busca de rumbo.

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Los jugadores blancos no se quitan el miedo del cuerpo. El último mes ha propagado la inseguridad en el grupo, que ahora busca asideros. Según Juande, esta situación les llevó a cometer errores, fallos que aumentaron la angustia del equipo ante la imposibilidad de matar el partido. "La responsabilidad era muy grande", explicó el sustituto de Bernd Schuster; "recibir un gol y perder dos puntos habría sido un contratiempo muy grande. Cada vez que atacábamos, en nuestra cabeza daba la impresión de que había más preocupación por no ceder un gol que por meter el del 2-0. Los jugadores estaban confusos. Oscilaban entre atacar y prevenirse ante un contragolpe del Valencia que les cogiera mal colocados. Así es difícil concretar las ocasiones que surgen. Pensando en no llevarnos un gol en contra, no pudimos liquidar el duelo".

Ante la aparente indiferencia de Chamartín, los madridistas debieron redoblar sus esfuerzos por meterse en la pelea. Ahí estaban otra vez, solos. Así exige la hinchada. Hay silencios que son más elocuentes que los cantos y los pitos. Esta atmósfera enrareció el partido y dio más valor al coraje de los jugadores, que, sin embargo, se atenazaron ante un Valencia mermado por la expulsión de Marchena. Las ocasiones se sucedían, pero el pie no respondía con frialdad. "Se han visto pocos goles para las oportunidades que ha habido", dijo Juande; "el campo tampoco ha ayudado mucho. Perdíamos demasiado pronto la pelota. Nos faltaba precisión y favorecíamos los contraataques del rival".

Unai Emery, el entrenador del Valencia, fue optimista. A pesar de la derrota, dijo, su equipo supo tomar la iniciativa alrededor de la pelota. "Excepto en los primeros 15 minutos, cuando nos han metido el gol y nos han rematado a un palo, el dominio de la pelota ha sido nuestro", comentó. "Hemos sido superiores hasta la expulsión de Marchena. Hasta ese momento, he tenido la sensación de que remontaríamos con la entrada de Silva. El Madrid ha jugado al contragolpe porque tiene gente rápida, como Robben o Higuaín, capaces de generar peligro sin que el equipo generase mucho fútbol".

El vasco elogió al extremo holandés. "Contra el Zenit y el Sevilla, Robben volvió a ser el jugador más desequilibrante del Madrid. Hoy, lo mismo. Ha estado magnífico. Ha sido el que más ha hecho, el que más llegadas de su equipo ha propiciado y el que más oportunidades ha generado".

A su vez, Juande disculpó el individualismo de su estrella: "Robben disfruta más del balón que el resto. Para poder disfrutar de su fútbol le tenemos que conceder esta libertad".

Casillas, Salgado y Villa, expectantes ante un balón colgado sobre el área.
Casillas, Salgado y Villa, expectantes ante un balón colgado sobre el área.CLAUDIO ÁLVAREZ

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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