Bush inyecta 12.500 millones en GM y Chrysler para evitar su quiebra
Los gigantes del motor deben elaborar un plan de viabilidad
GM y Chrysler disponen de tres meses para elaborar un plan de reducción de costes y tomar otras medidas, como limitar las retribuciones de los ejecutivos, no distribuir dividendos o vender los aviones privados. El Gobierno examinará los libros contables de las dos compañías y podrá bloquear cualquier transacción que supere los 100 millones de dólares.
Algunos requisitos del plan hacen pensar en que GM y Chrysler están al borde de la bancarrota. Se les obliga a que el próximo 31 de marzo demuestren un "valor presente neto positivo" y que el 31 de diciembre de 2009 hayan reducido en dos tercios su deuda. Además, Bush obliga a rebajar los salarios de los trabajadores hasta los niveles de las firmas extranjeras presentes en EE UU.
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