Moratinos anuncia una "seria reforma" para evitar la filtración de documentos
El ministro de Exteriores aboga por revisar la Ley de Secretos Oficiales
La polémica sobre los papeles de Guantánamo -la autorización dada en 2002 a EE UU por el Gobierno de José María Aznar para que hicieran escala en España aviones con detenidos ilegalmente- acabó derivando ayer en un debate sobre la filtración de documentos oficiales. Aunque aseguró que el informe "muy secreto" que daba cuenta de la petición del Pentágono ya no estaba en los archivos de su departamento cuando el PSOE llegó al poder en abril de 2004, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, anunció ayer "un golpe de timón serio" para evitar filtraciones. "No podemos continuar en una actitud en la que parece que todo se puede filtrar, todo se puede enviar a los medios de comunicación", afirmó.
Moratinos anunció la creación de un grupo de trabajo, presidido por la subsecretaria, María Jesús Figa, "para plantear una reforma seria de la custodia, circulación y trato con documentos". El ministro afirmó que la Ley de Secretos Oficiales, que data de 1968, aunque fue reformada diez años después, "es una ley antigua que probablemente hay que revisar", y aseguró que su departamento está estudiando los modelos vigentes en otros países europeos. A su juicio, la filtración de documentos es una "práctica inaceptable que debilita al Estado".
La reforma de la citada ley no figura en el programa electoral del PSOE, que sí se ha comprometido a aprobar una ley de transparencia informativa que garantice el acceso a la información pública. El caso de los papeles de Guantánamo resulta significativo, pues su clasificación fue ilegal, ya que, según la ley vigente, sólo el Consejo de Ministros, y no un mero director general, puede clasificar un documento y sólo cuando su contenido afecte a la seguridad nacional. Además, en España es posible, como puso de manifiesto en su declaración ante la Audiencia Nacional el diplomático Miguel Aguirre de Cárcer, que se adopte una decisión política de gran calado con una orden verbal, sin constancia documental.
"El Gobierno ha estado muy tranquilo [respecto a las escalas en España de los vuelos a Guantánamo]", insistió ayer Moratinos, "porque no tenemos nada que ocultar. No tenemos nada de lo que tengamos que sentirnos avergonzados".
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