Unanimidad de PP y PSPV en el presupuesto de la Diputación de Alicante

Los presupuestos de la Diputación de Alicante decrecen un 1,3% respecto a los del año pasado, pero "crecen políticamente", según dijo el presidente José Joaquín Ripoll, del PP, que ha conseguido, por primera vez desde que los conservadores presiden la institución, recibir el apoyo favorable de los socialistas. El portavoz del PSPV, Antonio Amorós, argumentó su respaldo presupuestario por un "gesto de responsabilidad política en tiempos de crisis". Socialistas y populares han venido negociando durante las últimas semanas varias enmiendas a estas cuentas que permitirán luchar contra la precariedad laboral con la convocatoria de 360 nuevas plazas y la reclasificación de 600 puestos de trabajo, la creación de una oficina técnica para que los ayuntamientos se sumen al Plan Zapatero de estímulo de la economía, además de 10 millones de euros por los daños de la riada de octubre de 2007.

La vicepresidenta, María del Carmen Jiménez, destacó que los gastos corrientes y los sueldos de los diputados y personal de confianza se han congelado y que los gastos de protocolo se reducen un 33%. "Son unas cuentas de carácter municipal", dijo Jiménez quien destacó que Proaguas asesorará a los municipios de menos de 2.000 habitantes en la redacción de proyectos para poder acogerse al fondo estatal de inversiones aprobado por el Consejo de Ministros.

Mientras, el PP no propició el consenso en la Diputación de Castellón, donde ayer se aprobaron los presupuestos con la abstención del PSOE y el voto negativo del Bloc. El portavoz socialista, Francesc Colomer, justificó así su abstención: "Creemos que, en estos momentos, hay que transmitir un mensaje alejado de la polémica y de las posiciones partidistas". Lo dijo después de que el vicepresidente Vicent Aparici les acusara de abstenerse "por disciplina de partido, y no por rigor".

Las cuentas de la institución provincial ascienden a cerca de 170 millones de euros, de los que el porcentaje más elevado, un 25%, está destinado a gastos. Para Colomer, se trata de unas previsiones que reiteran muchas obras de años anteriores y fijan un nivel de endeudamiento "que no está acorde con los objetivos del Real Decreto aprobado por el Gobierno central". Aparici los calificó de "ilusionantes y comprometidos con la inversión" y mantuvo que se trata de "un buen presupuesto que tiene en cuenta la situación de crisis".