Boda austera para una novia rica

Después de siete años de convivencia y dos hijos, de seis y cuatro años, Marina Berlusconi, que acumula la vicepresidencia de Finninvest, la presidencia de Mondadori -y ser la primogénita de Il Cavaliere- se casa hoy con Maurizio Vanadi, ex primer bailarín de la Scala y ahora coordinador de la escuela de baile del teatro milanés.

La boda, anunciada hace poco más de un mes, se celebrará a las 11.30 en la capilla barroca anexa a Villa Arcore, la suntuosa residencia de Silvio Berlusconi en Milán. Don Luigi, el capellán de Arcore, celebrará el enlace al que seguirá un banquete preparado por el chef de la casa, Davide.

Los novios -ella de 42 años y él de 46- han optado por una ceremonia íntima (asistirán sólo 53 invitados) y por un austero viaje de novios de tres días a Londres. Entre los invitados, mucha familia, pocos empresarios y menos colaboradores del Gobierno. Se espera al número dos, Gianni Letta; al presidente de Mediaset, Fedele Confalonieri, y a Maurizio Costa, consejero delegado de Mondadori, donde a más de uno se la ha puesto mala cara por no ser invitado.

Sin embargo, todas las miradas están puestas en el histórico encuentro entre la actual mujer de Berlusconi, Verónica Lario, con la que tiene tres hijos, y su primera esposa y madre de Marina y Piersilvio, Carla dall'Oglio. Pese a que cada una conoce al dedillo la vida de la otra jamás han coincidido y muchos se preguntan quién será la elegida para sentarse al lado de Berlusconi. Todos conocen los arranques de Lario. Sobre todo, después de que exigiera públicamente excusas a su marido tras sus coqueteos con algunas mujeres, entre ellas la ex modelo y actual ministra de Igualdad, Mara Carfagna.

Marina Berlusconi, la mujer más rica de Italia y la séptima empresaria más poderosa del mundo, según Fortune, lucirá un vestido de su firma de referencia, Dolce & Gabbana. Sus hijos, Gabriele y Silvio, y el padre y novio, Maurizio, se vestirán de Gianni Campagna, el sastre de actores como Pierce Brosnan y Jack Nicholson. La pareja no ha querido regalos y ha pedido a los invitados donaciones que luego destinarán a una ONG.

Marina se enamoró de Maurizio viéndole bailar El Lago de los cisnes en la Scala y, a juzgar por sus declaraciones, sigue en pleno arrobo: "Creo que es uno de los hombres más guapos del mundo y el destino me lo ha servido en bandeja de plata". Él tampoco ahorra piropos: "Es una persona sencilla, nunca presume del trabajo que hace ni del apellido que lleva".