Redada contra los racistas

La Inglaterra que sigue manteniendo su veto a un partido amistoso con la selección española en el Bernabéu por temor a los insultos racistas que puedan recibir sus jugadores, encara ahora a los hinchas locales que liberan sus bajos instintos en su propia casa. La policía británica ha difundido a la prensa las fotografías de 16 seguidores del Tottenham sospechosos de haber proferido cánticos racistas contra el defensa negro del Portsmouth, Sol Campbell, durante el encuentro disputado el pasado 28 de septiembre en el estadio de White Hart Lane. Dos de los implicados fueron detenidos ayer, mientras los responsables policiales conminaban al público presente ese día en las gradas a identificar y denunciar al resto de los sospechosos.

Los agentes detienen a dos aficionados y piden ayuda para identificar al resto

"Queremos dejar claro que no se tolerarán insultos de esa naturaleza y que la respuesta será intransigente", declaraba el jefe de la policía de Hampshire (sur), esgrimiendo la ley de 1991 sobre la represión de los actos de violencia en el fútbol. En virtud de esa legislación, los acusados pueden ser multados con unos 1.200 euros y sancionados con la prohibición de acceder al estadio.

La Federación de Fútbol inglesa ha confirmado que sobre los responsables del desafortunado episodio pesa un veto de por vida. Todo un esfuerzo por demostrar firmeza, cuando es de dominio público que las frecuentes proclamas ofensivas en los estadios de fútbol ingleses rara vez acaban siendo castigadas.

Los adjetivos empleados para denigrar a Campbell siguen la línea de los encajados por Samuel Eto'o en Zaragoza y Getafe y otros muchos futbolistas en otros campos. Sea racismo o gamberrismo atizado por unas pintas de cerveza, la policía inglesa se declara dispuesta a atajar las actitudes de los hinchas más radicales que "ocasionan angustia a los seguidores y van dirigidas contra personas concretas".

Los spurs le tenían ganas a Sulzeer Jeremiah Campbell, antiguo jugador del Tottenham y protagonista de la mayor de las ofensas al fichar hace siete años por el Arsenal, su eterno rival del norte de Londres. En 2006, el jugador que batiera un récord como internacional inglés en seis grandes torneos consecutivos pasaba a integrar la plantilla del Portsmouth. Varios aficionados del Pompey denunciaron a la policía los insultos proferidos por los rivales, a lo largo de un encuentro que se saldó con 2-0 a favor del Portsmouth.

Las imágenes de los individuos sobre los que pesa una orden de arresto fueron capturadas por las cámaras de vídeo instaladas en el estadio. Los lances entre los equipos de la Premier están invariablemente arropados por un impresionante despliegue policial, al que se suma la prohibición de consumir bebidas alcohólicas en las gradas. Nadie puede evitar, sin embargo, que los hinchas se movilicen en las horas previas del partido en los pubs más cercanos al campo, donde suelen calentar motores con una sucesión de vasos de lager que acaban resultando explosivos en el estadio.