Una niña de 11 años, sexta fallecida por la explosión de Gavà
El estado de la pequeña, pariente del resto de los fallecidos, no fue crítico hasta ayer
Yomara Cortés, de 11 años y con quemaduras en el 80% de su cuerpo, sufrió un paro cardíaco ayer alrededor de las seis de la tarde. Un cuarto de hora después se convirtió en la sexta víctima mortal por la explosión de gas que arrasó un edificio en Gavà hace justo una semana. El fallecimiento supuso un mazazo imposible de medir para la familia Cortés Fernández, de etnia gitana, que ve caer al sexto miembro de su clan en seis días. También para los ánimos del personal del centro sanitario de Vall d'Hebron, que por la mañana confiaba en ser capaz de contener el goteo de muertos. El estado de salud de Yomara, el primer niño fallecido en el incidente, no se consideró crítico hasta el mediodía.
Otras 16 personas siguen ingresadas por quemaduras, 10 de ellas muy graves
Otras 16 personas siguen ingresadas por quemaduras, 10 de las cuales se encontraban muy graves anoche. Entre ellos se halla una niña de 10 años que lleva varios días en estado crítico pero con relativa estabilidad. "Es una alegría, resiste más de lo que creíamos", comentó a primera hora de la mañana un enfermero del centro. La mejoría parecía generalizada: el hospital empezó ayer a operar a los heridos para retirarles la piel carbonizada. Este proceso reduce los riesgos porque evita que la toxicidad de las quemaduras se filtre a la sangre, lo que contribuyó al fallecimiento de las cinco primeras víctimas. Tras la muerte de la otra pequeña, el conato de optimismo quedó en nada.
Yomara formaba parte del clan de los Fernández, pero pertenecía a otra familia, los Cortés, y estaba emparentada con el resto de los fallecidos. Daba igual. "Aquí somos todos uno", precisó a media mañana Juan Fernández, cuando sólo las caras largas, los ajetreos y algunos rumores auguraban el empeoramiento súbito de alguno de los ingresados.
Vecinos sin gas
En Ca n'Espinós, el arrabal de Gavà donde sucedió la deflagración, el suministro de gas mantiene divididos a los vecinos. Fuentes de Gas Natural explicaron ayer que la compañía está preparada desde el jueves para restablecer el suministro en la barriada, aunque espera que los vecinos, traumatizados por la explosión, decidan si quieren volver a tener gas o no.
La deflagración que sobresaltó el barrio ha instalado el miedo entre los vecinos y el debate sobre si se debe prescindir del gas natural se repite en todos los corrillos. "Ni aunque me den mucho dinero dejo que me vuelvan a poner el gas", gritó una vecina en la calle; una amiga suya le dio la razón: "Los gitanos hemos tenido siempre el fuego con leña, o eso o que nos pongan una estufa", reclamaba. "La gente tiene miedo de ponerse el gas. No queremos entrar en los pisos hasta que lo quiten, vamos a reclamar que desmantelen toda la instalación", explicaba otro residente.
"Hay que hacer una reunión entre todos los vecinos para decidir si hay que tener gas natural en el barrio", resolvieron varios de los habitantes del barrio.
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