El espíritu de Raúl como último recurso
Frente a la rendición de Schuster y el escandaloso amparo buscado por Calderón en los Ultras Sur, el capitán del Madrid apela a la fibra heroica y ve posible ganar al Barça en el Camp Nou
En las buenas, Raúl; en las malas, aún con más motivo, Raúl. El capitán del Madrid piensa como juega y juega como piensa. No se rinde jamás. No lo hizo cuando Capello estaba a punto de ser destituido y no está dispuesto a hacerlo ahora, cuando Schuster sólo transmite pesimismo, sin importarle la heráldica de un club que no puede permitirse el desplome. La historia le respalda. A Raúl, también. No pisaba la sala de prensa de Valdebebas desde julio. Lo hizo ayer para desmentir a su técnico, que, tras el varapalo ante el Sevilla, espetó: "Ganar en el Camp Nou es imposible".
Al contrario que el entrenador alemán, al que como jugador caracterizaron sus espantadas, ya fuera con Alemania, el Barça o el Madrid, Raúl contagia optimismo desde su bautizo. La fe ha sido el eje de su carrera. "La plantilla está convencida de que el sábado podemos ganar. De puertas para adentro, el míster nos ha dicho que podemos vencer a cualquiera", aseguró. En ese caso, Schuster no ha mantenido su discurso en público. Si su derrotismo hubiera obedecido a una estrategia meditada para picar a la plantilla, la motivación queda sin efecto si en el vestuario ha transmitido lo contrario. No es la primera vez que Raúl acude al rescate del club. En la época de Capello, el equipo empezó la segunda vuelta con dos derrotas. Una de ellas, contra el Levante, acabó con una pañolada y con la afición pidiendo la destitución del entrenador italiano. Esa misma noche, el capitán dijo: "No queda más remedio que seguir adelante. Necesitamos estabilidad y unidad. Queda Liga". Era la 21ª jornada y el Barça aventajaba al Madrid, finalmente campeón, en cinco puntos".
Con Capello en el banquillo, también salió a pedir unidad y transmitir optimismo
El mensaje que Raúl envió en su día con Capello es el mismo que intenta que cale ahora. Eso sí, con una gran similitud y una única diferencia. Mientras Schuster se rinde públicamente, Capello llegó a decirle a Calderón que con la plantilla que tenía podía llegar, como mucho, al sexto puesto. Raúl se plantó. Aquella vez, corría el mes de febrero, quedaban tres meses para que acabara la Liga y el equipo empezó la remontada tras empatar, curiosamente, en el campo del Barcelona. Ahora queda más de media Liga, no ha acabado siquiera la primera vuelta y el Madrid visita a los azulgrana con nueve puntos de desventaja y sumido en un caos que afecta a todos los estamentos: al presidente, al director deportivo, a la cantera -huérfana de su director-, al técnico, al preparador físico y al cuerpo médico.
Si la jornada del domingo no fue un plebiscito definitivo contra Calderón fue por el espíritu mostrado por el equipo en el segundo acto, justo la emotividad a la que de quiere apelar Raúl, heredero de otros pretorianos de remontadas en apariencia quiméricas.
Tras el batacazo en Getafe -derrota que no le dolió a Schuster al verla, dijo, inevitable-, Calderón apremió a Mijatovic con los fichajes de invierno, un recurso habitual en tiempos de crisis para desviar la atención. En la presentación de Huntelaar, el club no encontró el efecto disuasorio que buscaba. Unos 200 hinchas recriminaron al presidente no haber contratado a Cristiano Ronaldo y le pidieron la dimisión. Al día siguiente del fichaje del holandés, Míchel se despidió como director de la cantera tras acusar a Calderón de despreocuparse por completo del vivero madridista.
El presidente llegó al domingo, día clave en su mandato, tras unas semanas volcánicas, en las que también se destempló con estruendo por una foto de Florentino Pérez con Zidane y Ronaldo en Marruecos. En la asamblea dominical buscó el peor amparo posible, el de los Ultras Sur. El presidente logró que se aprobaran las cuentas, pero la institución quedó gravemente dañada tras un bochornoso espectáculo, con los vándalos como censores ante el silencio de Calderón y sus directivos. "Tengo a los Ultras Sur a favor a mi pesar", llegó a decir el domingo en Canal +. El club había invitado a unos 80 miembros de Ultras Sur -se desplazaron al IFEMA en los autocares de los socios- para que respaldaran al presidente. Éste no ha sido capaz de garantizar la unidad que reclama su capitán.
En medio de la tormenta, Raúl inyectó una dosis de ilusión a la hinchada. Ni siquiera el pinchazo que sufrió ayer Drenthe durante el entrenamiento ni el hecho de que se conociera que Diarra se perderá la temporada, desmoralizaron al capitán. Manolo Jiménez, el técnico del Sevilla, se lo reconoció el domingo. "En el túnel de vestuarios le dije a Raúl que es un jugador de una casta inmensa y que si el equipo, pase por los momentos que pase, no se rinde nunca es gracias a él". Ése es el último recurso del Madrid.
Raúl encabeza el ranking de jugadores del Real Madrid (lalistaWIP)
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