Las cien vidas de Travolta

Titular nunca fue fácil, y menos si se busca resumir toda una vida y de paso vender unos cuantos libros. Éste es el problema que tiene hoy John Travolta, con su autobiografía ya escrita pero a la búsqueda del título ideal. "Puede que lo titule No me quiero despertar, lo que le decía todos los días a mi madre de niño porque me moría de sueño. Me apuntó al colegio por la mañana a pesar de que siempre esperaba despierto a que ella volviera del teatro", contó el intérprete esta semana en Los Ángeles durante la presentación de su nuevo filme de animación, Bolt.

Quizá porque en la cinta se limita a poner la voz del perro protagonista, el actor se sintió mucho más inclinado a compartir impresiones sobre su autobiografía, un tomo de 300 páginas escrito en un tono "muy ameno" y profusamente ilustrado en el que resumirá lo que define como "una vida en la que hay cien vidas".

Un libro en el que dedicará gran espacio a su familia, a su madre, Helen Travolta (actriz de teatro, a quien esperaba todas las noches antes de dormirse) y su padre, Salvatore, el hombre que le explicó por primera vez lo que era tener el corazón partido. "Fue al ver La strada, de Fellini, cuando le pregunté de qué había muerto el personaje de Giulietta Masina y me dijo que se le había roto el corazón. Y yo, que tenía cinco años, lo entendí", recordó.

A sus 54 años, y con 40 de carrera cinematográfica, son muchas las historias que Travolta puede contar. "He querido hacer algo entretenido, y, por ejemplo, comienzo el segundo capítulo contando que nací en un baúl en el teatro Palace... No, ésa fue Judy Garland, pero podría haber sido yo", bromeó sobre su manuscrito.

El chico de Grease aseguró que, "para bueno o para malo", lo ha contado todo en el libro, aunque pedirá permiso a todas las personas que menciona antes de publicar el volumen. Y matiza que no es un ejercicio de autobombo. "Es que no creo en otra persona para darle voz a mi vida", afirmó el intérprete que saltó a la fama con el filme Fiebre del sábado noche para graduarse un año más tarde como la estrella de los años setenta gracias a su trabajo en Grease.

El libro, que saldrá a la venta en el primer semestre del año que viene, también dedica un espacio al "renacer" de su carrera, cuando estando perdido en trabajos lucrativos pero poco artísticos, como Mira quién habla, el director Quentin Tarantino le dio una nueva vida en la pantalla gracias a su trabajo en Pulp fiction (1994). "Es un sentimiento maravilloso volver a ser admirado", reconoce.