El arte se acerca al discapacitado

El arte es un poco más universal desde ayer. 15 discapacitados intelectuales de Vizcaya pudieron disfrutar por vez primera a través de una guía de las obras de Zuloaga o Darío de Regoyos en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Y hasta cerca de 300 podrán experimentar sensaciones parecidas durante los próximos nueve meses.

Lo harán con periodicidad quincenal, hasta julio, y en grupos de 15 personas. El acceso de este colectivo a la pinacoteca bilbaína es fruto de una iniciativa de Gorabide, la asociación de Vizcaya en favor de los discapacitados intelectuales, y la empresa Iberdrola, que tradicionalmente colabora con ella. "Es un hito en el camino de los derechos de las personas con discapacidad intelectual de Vizcaya", aseguró Víctor Iturburu, presidente de Gorabide. Ayer, un primer grupo pudo disfrutar de un recorrido adaptado, durante cerca de un hora, con la guía Ana Ana Prestamero. La visita se centró en las salas que exhiben las obras de tres artistas de finales del XIX y principios del XX: los vascos Guinea y Guiard y el asturiano Darío de Regoyos. Aunque también pudieron ver los trabajos de Zuloaga y Sorolla.

El museo también ofrece desde 2006 un servicio para invidentes

"Nos sentimos orgullosos", apuntó el presidente de Gorabide, "de que se les reconozca como miembros de pleno derecho de la ciudadanía. Este programa supone un logro impensable hace no demasiados años y demuestra que con pequeños esfuerzos se obtienen enormes resultados".

Esos esfuerzos empezaron con los contactos entre Gorabide e Iberdrola, empresa que apoya a la asociación en otras iniciativas de apoyo a los discapacitados (trabajadores de la eléctrica compartieron un día con ellos y la empresa participó recientemente en una plantación conjunta de árboles en la reserva de la biosfera de Urdaibai). Al ser Iberdrola uno de los patronos del Museo de Bellas Artes, la idea se trasladó de inmediato y "ha cristalizado", asegura Joseba Fernández, portavoz de Gorabide.

En cada visita guiada quincenal participarán entre uno y tres monitores, dependiendo de la situación del grupo de discapacitados. De la experiencia en el museo se beneficiarán personas atendidas en los llamados centros de actividades de Gorabide (quienes carecen de ocupación laboral o escolar y por las mañanas se dedican a actividades manuales) y en los clubes diarios (discapacitados que tienen su ocupación y por las tardes reciben una oferta más lúdica en forma de paseos, cines o juegos). "Según se vaya viendo, se pueden ampliar a más grupos, como los de las residencias y los pisos tutelados".

La implicación del Museo de Bellas Artes con colectivos desfavorecidos no es nueva. Desde finales de 2006 ofrece un punto de información para invidentes en colaboración con la ONCE.