Sergio García impulsa al Betis

El Betis confirmó ayer las señales que está transmitiendo las dos últimas semanas. Su juego se apoya en la claridad de Capi, la emotividad de Emaná y, sobre todo, el acierto de Sergio García. El internacional anotó dos goles y sirvió otro, además de constituir una molestia permanente para un Racing que, víctima de sus escasos recursos ofensivos, marchó al descanso sabiendo que la de ayer no iba a ser su tarde.

El equipo de Muñiz comenzó y finalizó ayer igual de despistado. Ayza Gámez le obligó a despojarse de sus dos equipaciones habituales por confundirse con la del Betis, que acabó prestando al rival una suya. Al final, fue el pantalón, que seguía siendo el mismo, lo que contribuyó a distinguir a los jugadores.

El caso es que el Racing salió a verlas venir y el Betis atizó primero. Damiá mandó una pelota al larguero, preludio de la primera aparición de Sergio García. El delantero enganchó una volea con la pierna izquierda que pilló mal colocado a Toño. Diez minutos después, la segunda. Quebró la cintura de los centrales del Racing para asistir a Emaná, que marcó el segundo y dejó roto al Racing. El camerunés, con un despliegue físico impresionante, cumple como reemplazo de Edu.

El Racing, por su parte, lo fio todo a Tchité, pero Arzu y Juanito, que se lesionó y podría no acudir a la convocatoria de la selección española, controlaron bien al africano. Serrano aportó algo en la primera parte, pero su equipo nunca dispuso de empaque en el centro del campo, allí donde el Betis cabalgó con comodidad todo el encuentro.

Con la cosa encarrilada, el Betis se empleó con más calma. Suficiente para ser mejor que su rival, un equipo al que le cuesta superar la escasa profundidad de su banquillo. Por si había dudas, Sergio García anotó el tercero. Al menos, el Racing no se dejó ir, lo que Munitis aprovechó para maquillar el resultado.