La verdad del G-20

Esto de las ges no lo entienden ni los componentes de cada grupo. Verán: en 1973, la crisis del petróleo reunió al G-5 -países más industrializados-. En 1974, Francia convocó al G-5 e invitó a Italia y Canadá, formando el G-7 -ahora son ocho porque han añadido a Rusia, por su petróleo y los 4.000 misiles nucleares dispuestos a lo que sea-. El G-7 invitó al Benelux, formando el G-10. La crisis asiática de fines de los noventa reunió a grandes países en desarrollo -México, Indonesia, Argentina- para resolver crisis globales. Creó el G-20. Concretando: el G-7 son 8, el G-10 son 11 y el G-20 son 19. España no está en ninguno; cuando se creó el G-7 era pobre; cuando se creó el G-20 era rica e, invitada, lo rechazó -por principios-.

Pertenecer a estos clubes da reputación, son países que tienen algo que decir. No estar en el "cuadro de honor" es no existir.

España, octava potencia económica, según unos, undécima, según demuestran otros, tiene (¿?) la banca privada más fuerte, y el Banco de España, cuarto inversor mundial, tiene fábricas de casi todas las marcas de automóviles -a punto de cerrar- fabricando coches para quemar "oro negro" sin medida, y... ¡Para! ¡para!, me dice el subconsciente. Y como en la "cumbre" de Japón, en la del 15-N hablarán, no entenderán nada, comerán, beberán y regresarán con las manos en los bolsillos. Todo, todo pagando ustedes y yo. ¡Qué tontería! ¡Una verdad! La verdad del G-20.