Detenida una banda sospechosa de asaltar el chalé de José Luis Moreno
El grupo, que también traficaba con drogas, actuaba con gran violencia
El asalto y la agresión que sufrió el artista, ventrílocuo y productor José Luis Moreno el pasado diciembre en su chalé de Boadilla parece ya aclarado. Una operación conjunta entre la Comandancia de la Guardia Civil y la Jefatura Superior de Policía ha permitido la detención de ocho personas dedicadas al robo de viviendas unifamiliares y al tráfico de drogas. Los investigadores buscan ahora objetos y joyas de Moreno entre el material incautado en los registros para imputarles este robo, según informaron fuentes del caso.
Alrededor de las seis de la madrugada comenzaron las detenciones en distintos puntos de la región. Los agentes detuvieron al supuesto cabecilla de la banda, el albano Astrit Bushi, de 30 años, en su domicilio de Carabanchel. Contra él pesan dos órdenes de detención en Interpol por sendos asesinatos cometidos en su país. En la intervención participaron agentes de los grupos especiales de operaciones (GEO), de los grupos rurales de seguridad (GRS) y de la Policía Judicial de la Guardia Civil y de la Brigada Provincial de Madrid.
Los policías hicieron registros en Alcobendas, Móstoles y Torrejón de la Calzada, además de cuatro domicilios en la capital. Uno de ellos, en la zona de Tribunal, y otro, en Carabanchel. Los supuestos autores de los robos no opusieron resistencia. "No les ha dado ni tiempo. Hemos entrado justo cuando estaban durmiendo", señalaron fuentes de la investigación.
La detención del grupo ha resultado muy complicada, ya que sus integrantes tomaban grandes medidas de seguridad. Cambiaban continuamente de tarjetas de teléfonos móviles, hacían contravigilancia y no usaban los mismos coches para evitar ser identificados.Los arrestados, que tenían pasaportes italianos y griegos falsificados, se dedicaban al tráfico de drogas y al robo de chalés. Utilizaban dos sistemas para entrar. El más habitual era colarse en el interior de la vivienda de manera silenciosa, aun cuando los dueños estuvieran dentro. La otra era irrumpir con gran violencia y atemorizar a los propietarios de la casa para que les dieran los objetos de valor y les abrieran la caja fuerte. Ésta fue la forma que pudieron utilizar en el caso de José Luis Moreno.
El asalto al chalé del empresario se produjo el pasado 20 de diciembre. Seis encapuchados entraron en el número 15 de la calle de la Retama, en la urbanización Monte de las Encinas de Boadilla del Monte. Los delincuentes, fuertemente armados, la emprendieron a golpes con Moreno hasta que le dejaron inconsciente y tirado en el suelo, sin que hubiera ningún intercambio de palabras. Tras la agresión al productor, subieron a la primera planta, donde se apropiaron de más de 240.000 euros entre joyas y dinero en efectivo.
Las graves lesiones hicieron que Moreno estuviera ingresado una semana en la clínica Ruber Internacional. No necesitó ninguna intervención quirúrgica, pero después continuó de baja varias semanas hasta que se recuperó.
Desde el primer momento, la Guardia Civil apuntó hacia albano-kosovares como supuestos autores de la agresión. Esta hipótesis se acentuó hace unos seis meses, cuando los investigadores del instituto armado recibieron información de que detrás del grupo que asaltó al productor podría estar Astrit Bushi. Una de las dificultades fue localizar a este albano nacido el 5 de abril de 1970 y con antecedentes por crímenes y uso de armas y explosivos en su país.
En un momento dado, la Guardia Civil confluyó con una investigación del Grupo XVI de la Policía Judicial de Madrid, dedicado a organizaciones criminales de antiguos países del Este (OCAPE). Estos agentes estaban detrás de un grupo que ya había efectuado diversos robos en urbanizaciones de lujo en la región. Preferían zona de alto poder adquisitivo, como La Moraleja (Alcobendas), Pozuelo de Alarcón, Aravaca y Boadilla del Monte.
Pero no sólo se circunscribían a esta zona. Cuando encontraban dificultades para asaltar alguna vivienda, se desplazaban a la provincia de Toledo y todo el arco mediterráneo, desde Barcelona a Málaga, prestando especial atención a segundas residencias.
Se apoderaban de todos los objetos de valor y, en especial, de los coches de lujo. "Utilizaban los Mercedes y los BMW durante dos o tres semanas y luego se deshacían de ellos cuando conseguían otro mejor o más nuevo en algún robo", comentaron fuentes de la investigación. No dudaban en viajar hasta la costa varias veces a la semana.
De los ocho detenidos, cinco son varones de nacionalidad albana o albano-kosovar. Se caracterizan por su amplia formación paramilitar y por derrochar gran violencia en caso de verse en apuros. Las otras tres arrestadas son mujeres, entre las que hay una española y dos de países del Este europeo. Una de ellas está acusada de receptación, ya que compraba los productos que robaba la organización. Las otras hacían labores de contravigilancia y alertaban de la presencia de la policía o de la Guardia Civil durante los robos.
Los agentes creen que desde que asaltaron a José Luis Moreno los miembros de la organización han cometido unos 65 robos y asaltos a viviendas, pero que sólo van a poder imputarles unos 25. Se basarán para ello en las joyas recuperadas, en huellas y en restos de ADN, entre otras evidencias.
Los registros también permitieron la incautación de unos tres kilos de cocaína en dos ladrillos de gran tamaño y varias papelinas. Esta organización se dedicaba al escalafón medio en el tráfico de drogas. De hecho, los investigadores no descartan que el dinero obtenido en los robos lo destinaran al pago de los estupefacientes. Las ganancias eran enviadas a sus países de origen.
Entonces, ¿está resuelto el asalto de José Luis Moreno? A última hora de ayer, no. Los investigadores estaban buscando evidencias que relacionaran al grupo con el robo al chalé de Boadilla. Escudriñaba todas las joyas y buscaban restos de sangre en el calzado que recogieron en los registros domiciliarios. También estaban a la espera de que alguno de los arrestados se derrumbara y confesara el delito. Eso supondría añadirles un caso más, pero no aumentaría la eventual condena, ya que se trata de un delito continuado de robo con violencia e intimidación y tráfico de estupefacientes. La operación no está cerrada y podría haber más detenciones en breve.
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