Un hombre mata a su ex mujer y se entrega a la Guardia Civil con el cadáver

Luis Manuel Conde Failde, de 43 años, vecino de Cambre, no tenía orden de alejamiento de su ex pareja, F. M. S., de 30, de nacionalidad brasileña, quien tampoco había presentado nunca denuncia contra él por malos tratos. De hecho, después de un tiempo de convivencia en la localidad coruñesa, en la que tuvieron una hija, ella le abandonó por otra relación en 2002. Pasó a residir en la ciudad portuguesa de Oporto, pero los 300 kilómetros de distancia que puso por medio no le sirvieron para rehacer su vida ni para conservarla. Su ex marido, que tiene otros dos hijos de un matrimonio anterior en A Coruña, la mató casi a la mitad del camino entre ambas localidades, premeditadamente, según fuentes de la investigación.

Los investigadores creen que el hombre viajó a Oporto para matar a la mujer

El hombre se había desplazado a Oporto a finales de la semana pasada para recoger a la niña y pasar con ella el fin de semana. Sin embargo, el lunes, en vez de regresar con ella al domicilio de su ex pareja, viajó solo hasta la capital del norte de Portugal. Allí se desarrolló una discusión entre los dos, la primera de la que tiene constancia la Guardia Civil, que concluyó con la decisión de la madre de regresar con él a Cambre para recuperar a su hija, que ayer cumplía cinco años. Pasadas las 9.00 horas, ya con noche cerrada, Conde orilló el coche en el kilómetro 135 de la AP-9, a la altura del área de descanso de la localidad pontevedresa de Vilaboa. La discusión creció de tono y él le puso fin asestándole a la mujer dos puñaladas en el pecho, al parecer con dos cuchillos de cocina.

"Ella se desvaneció, y él, poco a poco, la fue introduciendo en el asiento trasero del coche. La mujer debió de morir al momento o pocos minutos después", explicó un portavoz de la Guardia Civil. El autor de los hechos recorrió con el cuerpo de la que fue su pareja desangrándose en los asientos traseros los 147 kilómetros que le quedaban de camino. Los agentes que estaban de retén la noche del lunes en el cuartel de Cambre oyeron una llamada en la puerta sobre las 22.30. Al abrir, Conde les confesó que había matado a F. M. S. y que tenía el cadáver en el coche, aparcado justo enfrente de la entrada del edificio. Los guardias civiles comprobaron que era cierto y avisaron al 061. Los servicios médicos que acudieron sólo pudieron certificar que la mujer ya estaba muerta. El presunto homicida pasó la noche en las dependencias de la Jefatura de la Guardia en Lonzas (A Coruña).

Ayer todavía permanecía frente al cuartel de Cambre el coche que había usado Conde. Un Renault Laguna recién estrenado, propiedad de una compañía de alquiler con sede en Madrid. En la parte trasera, al lado de una silla portaniños, se veía un charco de sangre, todavía húmeda, que se acumulaba en la parte posterior de los asientos. El presunto autor de los hechos pasó a disposición judicial al mediodía. Menos de dos horas después, el Juzgado de Vigilancia sobre la Mujer de A Coruña decretaba auto de prisión provisional, comunicada y sin fianza, por un supuesto delito de asesinato.

Fuentes de la investigación calificaron de "probable" que Conde hubiese premeditado el crimen, basándose en que volvió a Oporto sin la niña, en lugar de haberse limitado a quedarse con ella, y en el hecho de llevar consigo un par de cuchillos de cocina. Desde que su padre emprendió el trágico viaje de ida y vuelta, la pequeña está con unos familiares de él. La Vicepresidencia de la Xunta comunicó su repulsa por este nuevo caso de violencia machista y se puso a disposición de la Delegación del Gobierno para ofrecer apoyo psicológico y social a la familia de la víctima. El departamento autonómico, a través de la Secretaría Xeral de Igualdade, convocó para hoy a las 12 horas concentraciones de protesta y solidaridad ante el edificio de San Caetano y en sus delegaciones provinciales, y mostró también su apoyo a las convocatorias que realicen las organizaciones ciudadanas. Una de ellas, la Marcha Mundial das Mulleres, celebrará una al mediodía en la plaza de Cambre.