La afición está harta
Los aficionados del Madrid están perdiendo la paciencia. Ayer se escucharon los primeros pitos pasados apenas los primeros 30 minutos. Pitos a la defensa -sobre todo, a Marcelo-, que recibió el primer gol en el segundo remate del Real Unión. Avisó dos veces, en el minuto 3 y el 11, y el tanto llegó en el 13. El Madrid es el único equipo de Primera, junto al Sporting, que siempre ha encajado al menos un gol en casa esta temporada.
El público está harto de la falta de actitud de un Madrid que se supone que iba a tener que remontar el resultado, pero lo intentaba huyendo del balón. Tanto que a Raúl se le vio más en la divisoria que en el área. Si quería la pelota, tenía que bajar él mismo a por ella. Por eso y por sus tres goles, el capitán fue uno de los pocos que se salvaron de la protesta de la grada.
El primer canterano, desde enero de 2007, que debuta en el Bernabéu también se salvó y, además, se llevó una ovación. Bueno es un zurdo menudito con cara de asustarse fácilmente y que este curso ha marcado 11 goles en nueve partidos con el Castilla. Anoche sumó uno más en el escenario más importante. "Tiene que hacerse, pero apunta detalles. Técnicamente, es una maravilla", dicen los que le siguen semanalmente en Valdebebas. Lo demostró con un zurdazo desde la frontal del área que parecía acercar al Madrid a la clasificación para los octavos, pero que al final fue inútil.
Bernd Schuster decidió dar descanso a los pesos pesados: además de Casillas, el técnico dejó fuera de la convocatoria a Guti y Heinze y sentó a Higuaín. La enfermería está tan llena (Pepe, Van Nistelrooy, Robben, Diarra y Sergio Ramos) y la plantilla es tan corta que ayer no había otra opción que tirar de la cantera. De los cuatro recambios que había en el banquillo, dos eran del Castilla. Desde enero de 2007, cuando Fabio Capello hizo debutar a Nieto, ningún chaval del filial había vestido la camiseta del primer equipo.
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