Preciso Villarreal
Dos tantos en el primer cuarto de hora condenan a un atrevido Almería
Sin levantar excesivas expectativas, grandes halagos ni desaforadas críticas, el Villarreal se encuentra en medio de los dos todopoderosos: el excelso Barça y el irregular pero siempre efectivo Madrid. Con más solvencia que alardes, con más sufrimiento de lo esperado tras un inicio efectivo gracias al instinto goleador de dos delanteros con mayúsculas, Rossi y Llorente, diferentes y complementarios, el Villarreal sigue invicto en la Liga. Es el único equipo que puede presumir de que nadie ha sido capaz, transcurridas diez jornadas, de hacerle sucumbir.
El Almería se topó de nuevo con la efectividad maximizada. Padeció tal circunstancia ante el Barça y le volvió a suceder ayer. Bien plantado, atrevido en su planteamiento y decente en sus formas, fue víctima de la calidad de su adversario, que a la pulcritud de su juego añade una gran pegada, lo que convierte a un buen equipo sin más en temido e imbatible. Y el Villarreal actual causa respeto y admiración a la vez estando sublime o menos.
VILLARREAL 2 - ALMERÍA 1
Villarreal: Diego López; Venta, Gonzalo, Godín, Capdevila; Cazorla, Senna, Bruno Soriano (Eguren, m. 64), Pirès; Rossi (Ibagaza, m. 71) y Llorente (Guille Franco, m. 57). No utilizados: Viera; Cygan, Cani y Mati Fernández.
Almería: D. Alves: Bruno, Pellerano, Chico, Mané; Julio Álvarez, Juanito, Kalo Uche (Soriano, m. 61); Piatti (Ortiz, m. 69), Negredo (Solari, m. 72) y Crussat. No utilizados: Esteban; Carlos García, Juanma Ortiz y Corona.
Goles: 1-0. M. 0.30. Disparo lejano de Rossi. 2-0. M. 15. Llorente, a centro de Pirès. 2-1. M. 61. Piatti, de cerca a pase de Crussat.
Árbitro: Rodríguez Santiago. Amonestó a Diego López, Bruno Soriano, Rossi, Pellerano, Juanito y Capdevila
Unos 20.000 espectadores en El Madrigal.
El Almería hizo de todo y bien. Menos lo esencial: el dominio de las áreas. Llegó más y mejor que el Villarreal, que se llevó el partido por la gran ventaja que adquirió en los primeros 15 minutos. Apenas 30 segundos habían transcurrido desde el pitido inicial y ya se adelantaba en el marcador. Dos jugadores intervinieron en la jugada: Cazorla robó y cedió a Rossi, que, sin pensárselo, lanzó un obús desde 30 metros que se coló en la escuadra derecha de Alves. El Almería reaccionó como si nada hubiese ocurrido. Intentó manejarse con templanza. Y al cuarto de hora le caía el segundo.
Nada había que reprocharle. Nada del otro mundo tuvo que invertir el Villarreal para encontrarse con tal ventaja. Se creyó con todo hecho y se dejó llevar. El Almería adelantó metros y recortó distancias. Con media hora por delante tocaba sufrir. El Villarreal supo arroparse y, aun en su versión rebajada, se llevó un triunfo que le mantiene en la cima.
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