Aguirre reúne a los miembros del PP para que voten contra Blesa

Quedan 48 horas para la primera gran votación en Caja Madrid, y ya nadie se esconde. La batalla política en la que se ha convertido la lucha por el poder en la caja se desarrolló ayer en la sede del PP madrileño, en la calle de Génova, donde se reunieron más de 100 personas, casi todos los militantes del PP que son miembros de la Asamblea de la caja, convocada para el lunes con la intención de comenzar el proceso electoral interno.

Por si había alguna duda de que ésta es una guerra entre aguirristas, que quieren forzar la salida de Miguel Blesa después de 12 años como presidente, y gallardonistas, que le apoyan para que siga, Francisco Granados, hombre fiel a la presidenta de la Comunidad y secretario general del partido, convocó ayer a todos los representantes del PP en la caja, unas 130 personas sobre un total de 320. Quería comunicarles una orden del partido que controla Esperanza Aguirre: hay que decir no a la propuesta que Blesa someterá a votación el lunes. Granados y los suyos explicaron que con el nuevo reparto el PP pierde poder porque deja de controlar tres de los 18 consejeros de "entidades representativas", supuestamente independientes, que funcionan en este momento como una extensión del PP.

Ambos grupos quieren atraerse a la dirección nacional

Los gallardonistas, comandados por Manuel Cobo, rechazaron esta idea y explicaron que no tenía sentido someter la asamblea a una tensión política enorme sólo porque el PP pierda el control de tres de los 320 consejeros generales.

Ambos grupos quieren atraerse a la dirección nacional. Aguirre, según fuentes de ambos bandos, habló ayer con Mariano Rajoy de este asunto. Las dos partes difieren en la interpretación de la posición del presidente del PP. Cobo señaló que la dirección nacional le había autorizado a decir oficialmente que su posición es la de no apoyar ni dejar de apoyar a Blesa. Para los gallardonistas, eso quiere decir que Rajoy ordena no dar ninguna instrucción a los militantes del PP, al contrario de lo que está haciendo Aguirre. Para los aguirristas, el líder deja hacer, con lo que es el PP de Madrid quien da las órdenes. Granados se quejó de que las instrucciones de la dirección nacional llegaran a Cobo, y no a él directamente, como secretario general del PP madrileño.

En cualquier caso, tanto gallardonistas como aguirristas asumen que Blesa sufrirá un gran castigo, pero ganará la votación del lunes. Sobre todo porque a Aguirre le ha fallado a última hora un socio clave. Tomás Gómez, líder del PSOE madrileño, que hasta ahora había apoyado todas las maniobras de la presidenta, ha ordenado a los suyos que se abstengan. La decisión llega, según fuentes populares y socialistas, después de la presión de la dirección nacional para que Gómez no ayude en la estrategia de Aguirre para controlar la caja.

Los aguirristas defendieron en la reunión interna que es legítimo, como sucede en prácticamente todas la cajas españolas, que estén controladas por el poder político. El nombramiento de Blesa en 1996 fue impulsado por José María Aznar, amigo personal suyo. Algunas fuentes de este sector señalan que la situación de Blesa es insostenible, y lo que se está discutiendo ahora es el equilibrio de poder futuro de la caja con un nuevo presidente, a quien no se le pone aún nombre.