Ségolène Royal se impone contra todo pronóstico al aparato socialista francés
La ex candidata presidencial se coloca en cabeza ante el congreso del partido
Contra pronóstico, y en contra de los deseos de la actual cúpula del Partido Socialista francés (PS), la que fuera candidata a la presidencia, Ségolène Royal, ha vuelto a derrotar a sus rivales, colocándose en situación privilegiada para tomar el control de la formación en el Congreso que se celebrará dentro de una semana en Reims.
La moción presentada por Royal obtuvo el apoyo del 29,2% de los militantes, por delante de la del favorito, el alcalde de París, Bertrand Delanoë, (24,9%) y la de la alcaldesa de Lille y ex ministra, Martine Aubry (24,4%).
Desconcertado, dividido y arrinconado por el sarkozysmo triunfante, el PS se aprestaba ayer a atravesar una semana de guerra civil en la que no habrá prisioneros. Las maniobras para descalificar a Royal comenzaron la misma madrugada del viernes, conforme los primeros resultados empezaban a llegar a la sede socialista de la calle de Solferino de París. La derrota de Delanoë es también la derrota del primer secretario saliente, François Hollande, que había apostado abiertamente por el alcalde de la capital, acompañándole incluso a mítines electorales. Es también la derrota del aparato del partido, que había hecho piña en torno a Delanoë.
El propio Hollande, convencido de que las encuestas que daban vencedor a Delanoë estaban en lo cierto, había declarado que las corrientes perdedoras debían reunirse en torno al firmante de la moción más votada. Ayer dio rápidamente marcha atrás. Según el ex compañero sentimental de Royal, el resultado "no le permite ser mayoritaria" en el partido, aunque admitió que "el escenario no es el más fácil" y que el reto durante la semana que falta para el congreso es articular una "única candidatura".
La ex candidata socialista al Elíseo se apresuró a reafirmar su victoria. El resultado, dijo, le otorga "legitimidad" para liderar el partido. A lo largo de la jornada de ayer, Royal insistió en que debe ser "respetado" el resultado de la votación, que muestra "la voluntad de cambio, de renovación, de llevar a la cabeza del partido a una nueva generación, sin excluir por otra parte a nadie".
Mantuvo, sin embargo, su postura de no postularse como candidata al puesto de primer secretario. Royal no renuncia a ello, pero no lo considera imprescindible para controlar el partido. Cuenta con el apoyo de la joven generación de líderes socialistas, entre los que destacan los diputados Manuel Valls y Vincent Peillon; cualquiera de ellos, así como el alcalde de Dijon, François Rebsamen, actual número dos en la jerarquía del PS, podrían optar a este puesto.
Votaron 128.978 militantes, lo que supone una participación del 55%, aunque el número real de afiliados que cotizan se sitúe en los 150.000; una cifra que muestra la debilidad del partido, formado básicamente por cuadros.
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